La fábrica de cuchillos Wu Tseng-dong de la isla Kinmen (Taiwán), fundada en 1937 esta a sólo diez kilómetros de la China continental.

Precisamente, dicha cercanía es la que ha traído la prosperidad a esta empresa familiar, pero también podría haberle causado su ruina, e incluso la muerte, porque China y Taiwán permanecen separados desde que las tropas nacionalistas de Chiang Kai-shek se refugiaron en esta isla tras su derrota frente a las fuerzas comunistas de Mao Zedong en la Guerra Civil (1945-49).

Desde entonces, Pekín viene reclamando la soberanía de Taiwán, que en la práctica es un Estado independiente y cuenta con sus propias elecciones democráticas, pero sólo es reconocido por una veintena de países. Con el fin de someter a esta provincia rebelde, el régimen comunista lo ha intentado todo, desde el reciente acercamiento que ha propiciado su crecimiento económico hasta los intentos de invasión del pasado, durante los años más duros de la Guerra Fría.

De hecho, fue una de estas operaciones militares la que cambió la suerte de la firma de cuchillos Wu Tseng-dong y, de manera indirecta, la abasteció de abundante materia prima para el futuro.

Todo empezó a las cinco y media de la tarde del 23 de agosto de 1958, cuando la China comunista intentó conquistar Taiwán. Para ello, lanzó una gran ofensiva sobre las cercanas islas Kinmen y, en sólo 85 minutos, cayeron sobre sus playas más de 30.000 bombas. Hasta el 5 de octubre de ese año, la Artillería del Gran Timonel disparó 479.554 proyectiles, muchos de los cuales aún continúan enterrados en la arena en este pequeño archipiélago de 150 kilómetros cuadrados y 80.000 habitantes.

Debido a su proximidad con China, que la convertían en un objetivo fácil, en las islas Kinmen aún se conservan los bunkers y tanques de las tropas taiwanesas y las empalizadas y minas en la costa con las que se pretendía impedir una invasión del Ejército de Liberación Popular.

Además, las bombas no dejaron de caer al acabar la batalla, ya que en los años 60 los comunistas lanzaban numerosos proyectiles cargados con propaganda y, de vez en cuando, alguno que otro con munición real para no perder la costumbre de la guerra. Aunque jamás fueron tomadas, las islas Kinmen recibieron hasta 1978 cinco millones de bombas que causaron gran muerte y destrucción, pero que, paradójicamente, sirvieron también para que la marca Wu Tseng-dong creciera y se enriqueciera.

Y es que, en lo que supone un lucrativo ejemplo de reciclaje, esta empresa fabrica sus cuchillos con el acero de las carcasas de las bombas lanzadas sobre Kinmen. Utilizan los numerosos fragmentos que aún siguen enterrados en las playas como materia prima.


El abuelo de Wu , fundó la fábrica en la vecina provincia de Xiamen, en el continente, durante los últimos años de la dinastía Qing.

Después, el hijo de éste, Wu Chao-hsi, trasladó la forja a la isla de Kinmen y, en un momento en que había gran escasez de acero debido a la Segunda Guerra Mundial, empezó a recoger las bombas arrojadas por el Ejército de Estados Unidos y las tropas aliadas contra los japoneses, que habían ocupado buena parte de Asia.

Con la posterior división de China tras la Guerra Civil, la tensión bélica continuó en el Estrecho de Formosa, aportándole más materia prima a Wu Chao-hsi con cada nuevo bombardeo procedente del continente, cuyos restos aún permanecen visibles en las costas de Kinmen.
Cada mes gastan 100 proyectiles .

El maestro, como le gusta denominarse en castellano, extrae de las carcasas de acero de los proyectiles,la materia prima para sus cuchillos. El secreto es la buena calidad del acero de los proyectiles que tiraban las tropas comunistas, confiesa el maestro Wu.
Un negocio redondo porque la factoría, que cuenta con sólo cinco empleados, produce al mes mas de mil cuchillos.

Saludos.

Me has dejado pasmado que éste post tan "exótico"interesante y curioso.
Gracias cómo siempre por tu aporte.

Bonita historia ,lo de"Maestro" en castellano me ha llegado.
Recuerdos.

Que buen aporte y que buen historia, gracias por compartir.

Saludos

Francisco

Desde luego con casi 500.000 proyectiles tienen acero para unos cuantos cuchillos,gracias por tan exotico aporte.
Saludo.

Llevas la munición en la sangre...

Pedazo de post, del que también me ha llamado enormemente la atención el tema de "maestro".

Enhorabuena.

Un acero exótico sin duda alguna el de Maestro Wu.

Un post muy curioso sin duda alguna.

Esta sí la conocía.

No deja de ser curioso que pueda sacar un buen acero para cuchillos de los proyectiles.

Lo que me faltaba por ver,los Chinos aprovechando los cascotes para cuchilleria,gracias por el hilo.
Un saludo.

Reciclaje cuchillero en su máxima expresión.

Muy buen post.

Me ha encantado Rodrigo. Hace años que ví algo de esto, pero no recordaba nada.
Gracias.
Como los demás, me pregunto cómo conoció la palabra maestro en castellano, y que le decidió a usarla.

Hombre, supongo que con tantos cuchillos como hace, lo tendrá comprobado, pero el acero de proyectiles a mi me genera dudas... yo he probado con proyectiles de la guerra civil, y no valen ná de ná...
Aún así, me encanta la imaginación que le echa la gente. Un gran y curioso aporte, desde luego!

Un hilo curiosisimo,no solo por los proyectiles sino por lo de maestro,muy muy curioso.
Gracias.
Un saludo.