Hola:

La historia de los abrelatas interesa a muchas personas y su historia es interesante: chauvinismos aparte, en 1850 el cuchillero parisino Claverie patentó el primero, hecho que es ignorado en la Wikipedia inglesa. Del abrelatas de Claveríe no se conoce ningún ejemplar auténtico.

Hubieron varias patentes de abrelatas destinados por ejemplo a las marinas de guerra y ejércitos, que estaban proporcionados a latas de diez kg y que eran peligrosos de usar en en los hogares, pero en 1865 se patentó en Gran Bretaña el abrelatas "cabeza de toro" que dio vuelta a la situación y que incluso estaba destinado a ser usado indiferentemente por zurdos o "derechistas".

En las fotos podéis ver la foto que muestra la dentadura del toro y la cuchilla: se puede usar con cualquier mano.
Fue un gran éxito y se fabricó hasta la década de los años 1930.

El cuerpo es de fundición y la cuchilla es desmontable para afilarla o reemplazarla, el que tengo tiene rosca inglesa de 1/4 Whitwhort.

Además es un abrelatas hermoso y que no pesa demasiado: en el cinturón de un ranchero del ejército no molestaría para nada.

Si os interesa el tema, iré publicando más abrelatas antiguos además del hilo de El Explorador Español..

Saludos:

David.

Vemos el abrelatas desde "la dentadura del toro": permite usarlo zurdos y "derechistas".

Despiece:

Hola:

Os pasó una traducción automática sobre el tema: este tipo de abrelatas es anterior a 1865 pues se han hallado en campos de batalla de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos de Norteamérica (1861-65).

Saludos.

David.

El desarrollo de las conservas a principios de la década de 1820 iba a revolucionar la entrega de raciones a las tropas en los campos.
Las latas mantenían la carne fresca y comestible durante largos períodos y, aunque eran pesadas, eran relativamente fáciles de transportar.
¡El único problema con los primeros alimentos enlatados era abrir las latas! Las instrucciones en las etiquetas invitaban al consumidor a usar un martillo y un cincel, ¡ya que las bayonetas de los soldados también eran probablemente implementos para abrir los productos enlatados!
Los productos enlatados no comenzaron a ser comunes en el mercado civil hasta la década de 1860 y, en ese momento, se habían desarrollado los abrelatas. El diseño más común durante los siguientes sesenta años fue el de hierro fundido en forma de toro: éstos a menudo estaban pintados de rojo y el frente del abridor incluye una púa y una cuchilla junto con una cabeza de toro estilizada.
La parte posterior de la lata el abridor tenía una cola de toro: imagenEste ejemplo es un abridor civil, pero se han visto ejemplos marcados con GR (Jorge Rey en latín)Aunque los soldados llevaban un abrelatas en sus navajas, este abrelatas más grande habría sido mucho más fácil de usar, especialmente en algunas de las latas grandes de 7 libras de carne de res que se suministraban a grupos más grandes de hombres.
La evidencia arqueológica ha encontrado ejemplos de estos abrelatas de cabeza de toro en los campos de batalla de la Guerra Civil Estadounidense, los campos de batalla de la Guerra de los Bóers y en el Frente Occidental, lo que indica que, de hecho, se usaron. Aquí se encontró un ejemplo en Sudáfrica:

Interesantísimo y muy bien preparado informe sobre esta herramienta fundamental en aquellos años. Aquí en Uruguay se fundó en 1863 un frigorífico que procesaba carne enlatada que sirvió de alimento en varias guerras mundiales, te copio algo:

Un lujo en lata
En 1863, la Liebig Extract of Meat Company (Compañía Liebig de Extracto de Carne) fundó una fábrica a orillas del río Uruguay y comenzó a producir "extracto de carne" usando una técnica patentada por el pionero químico alemán Justus von Liebig.

Una foto de la planta de Fray Bentos cuando todavía era de Liebig, circa 1880




Cortes baratos de carne (disponibles en grandes cantidades en Uruguay gracias a la floreciente industria ganadera) eran hervidos para producir un nutritivo caldo que originalmente estaba dirigido a pacientes convalecientes. El proceso luego fue refinado, el líquido solidificado y Oxo -un pequeño cubo de caldo- surgió.

A medida que trabajadores de Uruguay y otros 60 países fueron llegando, una ciudad comenzó a crecer alrededor de la fábrica dirigida por alemanes y financiada por británicos.

Si bien en un principio se llamó Villa Independencia, la ciudad luego fue rebautizada en honor a un ermitaño del siglo XVII llamado Fray Bentos, quien supuestamente vivía en una cueva cercana.

Poco después, Liebig empezó a producir otro popular producto con los cortes baratos: corned beef enlatado.

Los cubos de caldo Oxo y el corned beef se convirtieron en la materia prima de la cocina de la clase obrera a lo largo de Europa, para quienes hasta entonces la carne era un producto de lujo.

Asimismo, se convirtieron en raciones baratas, fáciles de cargar y con extensas fechas de vencimiento para los soldados británicos y alemanes durante la Primera Guerra Mundial, así como también para exploradores como Robert Falcon Scott y Ernest Shackleton.

Según Unesco, "el lugar mismo, así como las instalaciones industriales, viviendas e instituciones presentes en él, permiten aprehender la totalidad del proceso de una producción de carne que tuvo una importancia mundial".

En 1924, la empresa fue comprada por la compañía British Vestey Group (Grupo Británico Vestey) y rebautizada Frigorífico Anglo del Uruguay.

Gracias a los rápidos avances de la tecnología de refrigeración, "El Anglo" comenzó a exportar carne congelada a distintas partes del mundo, así como también Oxo, corned beef y más de 200 otros productos, desde cuero hasta jabones, pasando por salchichas y mermeladas.

Solo en 1943, 16 millones de latas de corned beef partieron de Fray Bentos, en su vasta mayoría, con el objetivo de alimentar al bando Aliado en la Segunda Guerra Mundial.

Hasta la realeza británica lo degustó: "Recuerdo comer corned beef hasta que me saliera por las orejas", dijo el príncipe Carlos a los periodistas en 1999 cuando visitó Uruguay.

"Tiempos modernos" en Uruguay
Hoy en día, la planta está abierta al público. Los edificios de oficinas fueron renovados y transformados en un museo que exhibe objetos de los tiempos de apogeo de la fábrica, incluyendo máquinas de escribir antiguas, pósters clásicos, equipamiento rudimentario para luchar contra incendios y camiones de transporte desvencijados.

Otra parte está ocupada por una universidad local, manteniendo vivas las tradiciones tecnológicas de la planta. Pero la mayor parte del enmarañado complejo fue mantenida como estaba y deambular por estos edificios vastos, silenciosos y poco iluminados es una experiencia fascinante.

La sala de máquinas parece salida de una escena de un cómic retrofuturista, con generadores a diésel oxidados, enormes turbinas y compresores de vapor adornados con palancas, válvulas y ruedas conectadas por una multitud de tubos y chimeneas.



En las paredes de la sala contigua hay paneles de mármol cubiertos de medidores e interruptores que controlaban la producción eléctrica de la planta: en 1883 este fue el primer lugar de Uruguay que generó electricidad.

"La fábrica me recuerda a la película 'Tiempos modernos' de Charles Chaplin", dice Cerilla, la directora del museo, mientras me hacía la recorrida.

Afuera, una altísima torre de agua se asoma sobre una cantidad de edificios construidos con una mezcla de ladrillos, cemento, vidrio y hierro corrugado. Muchos no pueden visitarse por razones de seguridad, incluyendo el lugar donde alguna vez llegaron a almacenarse 18.000 toneladas de carne congelada.

Pero sí es posible asomarse a Casa Grande, la opulenta mansión donde vivía el director y que incluye vitrales, pisos de madera, dos pianos y un gong para marcar el inicio de una comida.

Los uruguayos son los mayores consumidores de carne de vaca per cápita del mundo: alrededor de 56 kg por persona al año.

"Esta fue la revolución industrial en Uruguay", dijo el guía Nicolás Cremella. "Fray Bentos fue muy importante para Uruguay: fue la verdadera capital del país, no Montevideo. Fue la única industria de carne y empleó gente a lo largo de todo el país", agregó.

Una vista de las instalaciones industriales del frigorifico, a orillas del río Uruguay


El cierre del frigorífico
La empresa pudo haber generado empleo a nivel nacional, pero las ganancias se fueron para el exterior.
Los productos de Fray Bentos siguieron siendo populares en la Europa de posguerra, pero lentamente comenzaron a decaer a medida que la tecnología alimentaria se fue desarrollando y los hábitos alimenticios fueron cambiando.

A fines de la década de 1960, el Frigorífico Anglo pasó a manos del gobierno uruguayo y finalmente cerró en 1979.

"Fue terrible para la gente de la ciudad cuando finalmente cerró", dijo Cerilla, cuyos padre y abuelo trabajaron en la planta. "Mucha gente se fue y otros tantos directamente emigraron".

A pesar de la caída inicial, la ciudad de Fray Bentos logró recuperarse. Desde hace más de una década aloja a la floreciente fábrica de celulosa UPM y en 2015 recibió un impulso cuando el Frigorífico Anglo fue declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.

Puesta del sol frente a las grúas del viejo muelle por donde pasaron miles de toneladas de carne enlatada



Un abrazo!!

Hola Facón y todos:

Gracias por la respuesta y el aporte: parece ser que esté abrelatas también iba de regalo en partidas de conservas británicas de carne, que posiblemente eran de Fray Bentos.

En un foro francés de tractores publiqué la foto de un Massey Ferguson 135 restaurado como salido de fabrica en Uruguay y lo primero que les vino a la cabeza a los franceses era Fray Bentos.

Ya nos dirás si se conoce este abrelatas en Uruguay.

Saludos:

David.

Una foto que me falto subir



Abrazo!!

Lo que he aprendido leyendo este post.

Añado una foto de la lata de Fray Bentos

Querido amigo David:

¡Enhorabuena! por este nuevo post sobre abrelatas, en este caso sobre uno antiguo y con historia, del que reconozco no t5enía ni idea de su existencia.

¡No dejas de sorprendernos! y más en un tema tan curioso como este de los abrelatas.

Muchas gracias también a los compañeros por sus interesantes aportaciones.

Un fuerte abrazo a todos.
Félix

CLASIFICADOR 1 escribió:
Justamente esa lata dice Industria Argentina, donde estaba la sede del grupo Anglo, pero la fábrica estaba en Fray Bentos, Uruguay - la fábrica que había en Campana, Argentina, se incendió en 1926 quedando clausurada.

Un delicioso cartel de propaganda de uno de los productos - extracto de carne - OXO, posiblemente de la Primera Guerra mundial. "Asegúrense de mandarnos Oxo"



Saludos!!

Hola a todos:

Facón: es un precioso cartel.

Según he ido averiguando, este abrelatas cabeza de toro se fabricó por última vez en 1938, o sea durante unos 78 años pues parece ser que ya existía en 1860 aunque se patentó cinco años después y que se entregaba de regalo por la empresa Bully Beef.

Me he fijado que hay versiones con la cabeza del tornillo a derecha o izquierda de la cabeza de toro, lo que indica que por lo menos hubo más de un fabricante.

Saludos:

David.

Este es el abrelatas más parecido que he visto por aquí.



Un abrazo!!

Qué buen post, David!, y qué buenos los aportes de los compañeros.

Brugent escribió:
Bully Beef fué una marca de carne enlatada.

Hola Dai-Katana y todos:

Gracias por avisarme: voy a editar el hilo por error de teclado.

Saludos:

David.

Querido amigo David, compañeros del Foro:

Mil perdones, había respondido aquí cuando quería responder en el post sobre el abrelatas "El Explorador español", y además y no sé porqué, se ha duplicado la respuesta.

Mil perdones y os invito a pasar por el otro post.

Un atento saludo a todos.
Félix

Suprimido por duplicado.

Disculpen las molestias.

Un saludo.
Félix