Don Eladio Muela el triunfador de Argamasilla de Calatrava.
El nació para triunfar en un oficio. Lo de cuchillero le vino por la tierra, por su nacimiento en tierra de cuchillos. Eladio Muela, nació en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real),y este pueblo era un gran centro cuchillero que marca mucho el devenir de sus gentes.
Hizo sus primeros cuchillos para unos alemanes, que asesoraban en la entonces refinería Calvo Sotelo, en Puertollano, donde él comenzó a trabajar de mecánico ajustador. Sus cuchillos artesanos de monte son conocidos en todo el mundo, y el mayor porcentaje de su producción, realizada en su fábrica de Argamasilla de Calatrava, se exporta al exterior, desde Estados Unidos hasta Líbano, la República Federal de Alemania y Kuwait.
Don Eladio tiene una memoria asombrosa, detallada y minuciosa con la etapa de su vida más difícil. Cuando ya adquiere su taller propio, se instala individualmente y comienza su época más o menos dorada, olvida casi todos los pormenores. Al llegar a este punto, Eladio Muela dice: "De lo que viene después me acuerdo menos porque me ha costado menos".
El mayor de cinco hermanos, pronto dejó la escuela, y con ocho años se puso a trabajar en el campo junto a su padre. "Eso no era para mí, no me gustaba nada y no ponía ningún interés". Tras una corta estancia en un taller de un familiar para la fabricación de navajas, Eladio Muela comienza a trabajar como mecánico ajustador en la Empresa Nacional Calvo Sotelo (ahora Repsol), que se instala en aquellos años en Puertollano.
Diversos factores le indujeron definitivamente a trabajar en el oficio de cuchillero: unas ganas desmedidas de independencia ,"me di cuenta de que yo no servía para estar a sueldo", necesidades económicas ,"yo cobraba 14,50 pesetas, y la pensión en Puertollano me costaba 15"- y la firme convicción de haber nacido para ello.
En una ocasión se hizo una navaja de bolsillo compuesta de 38 piezas, "una obra de arte", y se la enseñó a unos técnicos alemanes que realizaban en la refinería Calvo Sotelo trabajos de asesoría. "Me dijeron que cómo yo, sabiendo hacer esas cosas, podía estar trabajando en la fábrica".
Los técnicos le hicieron encargos para llevarse a su país, y Eladio Muela tuvo que dedicar sus noches a realizarlos. "Dormía una noche sí y otra no", dice.
Animado por el resultado de sus trabajos, Eladio Muela, tras un breve período de trabajo con un socio, consigue hacerse con su propio taller. Y ahí empieza su desmemoria, unida a su éxito profesional.
En su fábrica a parte de los trabajadores, hay tres de sus cinco hijos, salen anualmente unos 50.000 cuchillos realizados de manera totalmente artesanal.
Su amor por los cuchillos le ha llevado a la creación de un museo en la misma fábrica, donde se exponen los distintos modelos que se han hecho a lo largo de la historia, así como los materiales empleados.
Convencido como está de que una persona consigue todo lo que se propone, Eladio Muela ha intentado siempre ser el mejor. Su filosofía de la vida es "la de ser siempre el mejor, aunque seas barrendero. Luego viene todo de corrido". "No todo es el dinero, yo disfruto más haciendo un cuchillo que teniendo dinero en el bolsillo" y "de todo se puede hacer una obra de arte", son algunas de sus frases.
Recuerdos.