Con la excusa de la afición que nos une a todos, esto es, la cuchillería, este post pretende contar la aventura de Oskar Speck. Un verdadero aventurero absolutamente anónimo, que ha pasado completamente desapercibido para la historia. Espero que el relato resulte de vuestro interés.
SOBRE EL PERSONAJE:
Oskar Speck (1907-1995) era un piragüista alemán que realizó una expedición en kayak desde Alemania hasta Australia, expedición que duró 7 años y 4 meses (1932-1939).
Speck era un electricista de Hamburgo, y se quedó sin trabajo durante la gran depresión que sufrió Alemania en el periodo de la República de Weimar. Speck, de carácter emprendedor, abandonó Alemania para buscar trabajo en las minas de cobre chipriotas, partiendo desde Ulm y viajando hacia el sur a través del Danubio. Lo interesante del caso es que ¡¡lo hizo a bordo de su kayak!!
Durante el viaje, estuvo reflexionando sobre lo mucho que estaba disfrutando con la travesía, es por ello que cambió de plan y decidió "ver el mundo", continuando hasta Australia a través de Oriente Medio, la India y el sudeste asiático.
A su llegada a Australia, poco después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Speck fue detenido e internado en un campo de concentración por su condición de “súbdito extranjero enemigo”. Cosa que se hizo con todos los ciudadanos alemanes que estaban en Australia en el momento.
Permaneció en distintos campos de prisioneros de guerra durante toda la segunda guerra mundial.
Posteriormente, Speck decide trasladarse a Sydney y establecerse como comerciante de ópalo. Más tarde vivió con su mujer, Nancy Steel, en Killcare, Nueva Gales del Sur.
EL CUCHILLO:
Investigando sobre lo poco que hay escrito alrededor de la figura de este personaje, descubrí que entre su equipo de abordo, el cuchillo que Speck llevó consigo durante toda su aventura era un sencillo y modesto cuchillo de explorador de la marca Gazelle, de Gebruder Krusius, Solingen.
Es el cuchillo que habría llevado un joven explorador en una colonia infantil, o un cazador, pescador o excursionista: Sencillo, económico, compacto, eficaz y de muy buena manufactura. ¿Para qué más…?
Su cuchillo bien pudiera haber sido uno igual que este.
LA AVENTURA:
Oskar Speck, un piragüista aficionado y electricista desempleado de Ulm, partió de Alemania a Chipre en mayo de 1932, con la esperanza de encontrar trabajo en una mina de cobre. Siete años y cuatro meses más tarde, el 20 de septiembre de 1.939, desembarcó en una remota isla en el Estrecho de Torres, justo al lado de la costa del norte de Queensland.
Usando dos canoas-kayak (la primera de las cuales estaba equipada con una vela adornada con una esvástica) recorrió más de 30.000 millas naúticas.
Durante su épico viaje, el Sr. Speck fue robado, tiroteado, aclamado como un dios entre tribus indígenas y, cómo no, acusado de ser un espía nazi al servicio de Adolf Hitler (aunque sus simpatías nazis nunca estuvieron completamente claras, pues se sabe que la vela con la esvástica la consiguió en un club de piragüismo de Hamburgo). Aunque lo lógico y probable es que fuera adepto al régimen, como casi toda Alemania entonces. Detalle que a todas luces es completamente irrelevante en nuestra narración.
No sin retraso, el Museo Marítimo Nacional de Sydney está dedicando una exposición al legado náutico de este aventurero alemán .
El Sr. Speck perdió su trabajo como electricista en Hamburgo, en el año 1.931. Él estaba completamente desesperado, y deseaba salir de Alemania en busca de trabajo. Alemania entonces estaba hundida en una gran depresión económica.
"Aquellos tiempos en Alemania fueron catastróficos", recordó más tarde.
"Todo lo que quería era salir de Alemania una buena temporada."
Viajando con un presupuesto ajustado, con suministros muy limitados de carne enlatada, chocolate, queso y leche condensada, el Sr. Speck recorrió remando los ríos Danubio y Varda.
Después de alcanzar el Mediterráneo en Tesalónica (Grecia), él izó una pequeña vela que llevaba en el kayak empezó a navegar de isla en isla a través del mar Egeo.
Él y su kayak arribaron en la costa de Turquía, camino de la isla de Chipre, destino inicial del periplo.
Para entonces, y después de ese gran viaje realizado hasta el momento, la perspectiva de la vida en una mina de cobre era menos atractiva para el ex electricista que la de un viaje hacia lo desconocido. Por lo que Oskar Speck estuvo meditando seriamente la posibilidad de continuar el viaje.
Posponiendo su búsqueda de empleo y poniéndose el mundo por montera, el Sr. Speck continuó remando hacia Siria y se dirigió al río Éufrates, donde fue tiroteado después de negarse a recibir la hospitalidad de las tribus locales (una grave ofensa en el complicado mundo islámico).
Siguió remando en dirección al Golfo Pérsico, donde tuvo que mandar a construir un kayak de reemplazo, pues el suyo estaba ya bastante deteriorado a consecuencia de todo lo navegado hasta el momento.
Con su camisa blanca para reflejar los rayos del sol y sus pantalones cortos de color caqui, Speck recorrió toda la costa occidental de la India, rodeando Ceilán y continuó costeando hasta llegar a Birmania en 1.936.
¿Cómo consiguió subsistir todo este tiempo Oskar Speck…? Al parecer hizo un poco de todo, trabajos temporales en puertos, etc… Lo que sí se sabe es que gran parte de su viaje lo financió dando conferencias a lo largo del camino, incluyendo una a una tropa de Boy Scouts en Madrás.
Perseguido por curiosos periodistas de los periódicos locales, prosiguió navegando por la costa oeste de Siam hacia Malasia, ya a través de las Indias Orientales Holandesas.
Al llegar a Timor, sufrió una brutal paliza de manos de una tribu del lugar, que le provocó la perforación de un tímpano. Sin embargo, tales desgracias no lograron frenar su entusiasmo, y Speck continuó su periplo.
Durante el viaje, Speck fue convirtiéndose sin quererlo en un apasionado antropólogo, llegando a realizar incluso algunas filmaciones de cine con una pequeña cámara que consiguió durante su viaje.
En estas filmaciones se ve a los aldeanos timorenses realizando una danza con espadas. Los niños balineses usando arcos y flechas para pescar en aguas poco profundas, y un miembro de la tribu guineana que se muestra matando y comiéndose a una tortuga de gran tamaño.
En 1.939, mientras en Europa Hitler y Stalin se preparaban para repartirse Polonia, en el pacífico sur el Sr. Speck, que por entonces sufría continuos ataques de malaria, arribó a la Nueva Guinea holandesa. En Nueva Bretaña, frente a la costa este de Nueva Guinea, la figura del extenuado alemán se convirtió en una cuestión casi sagrada, de culto, siendo aclamado como un dios por los lugareños.
Esta sería la última singladura del señor Speck. Tres semanas después de declarar la guerra Inglaterra y Francia a Alemania en Europa, Speck tomó tierra en territorio australiano. Después de tanto esfuerzo y sacrificio, tanta emoción, tantas dificultades superadas, el destino final de Speck resultó ser un campo de internamiento para súbditos de países enemigos en Victoria.
Una vez liberado al acabar la IIGM, el Sr. Speck estableció un exitoso negocio de venta de ópalos en Sydney. Murió en 1.995, a la edad de 88 años.
"En todas partes fui rodeado y aclamado por multitud de gente", dijo en una entrevista, y añadió después:
"En 1932 jamás llegué a imaginar que terminaría en Australia con mi kayak”.
Sirva este sencillo y humilde post en Armasblancas.es para rendir merecido homenaje a este anónimo aventurero.
Por cierto, si has llegado hasta aquí, y te has chupado todo el ladrillo... ¡¡¡¡ LO TUYO SI ES AFICIÓN !!!
Saludos
Paco