La historia de las diferentes marcas constituye un singular recorrido multidisciplinario por las diferentes circunstancias que han sobrevenido a los talleres y empresas de cualquier sector; crisis, guerras, cambios sociológicos, escasez de materiales. Pero unas pocas siempre tuvieron una voluntad de estilo, un marchamo, un espíritu.
Aquí tenemos un sencillo cuchillo de Puma, en acero carbono y sámbar; probablemente la pieza más popular que se fabricó durante años. Pero con ese no sé qué que transmite un bien hacer que no depende de lo lujoso o corriente que sea el producto.
Cuando este cuchillo se fabricó no existían las diferentes divisiones de Puma: IP, Internacional, o cualquier otra. La calidad era un concepto arraigado, a pesar de que muchos procesos eran semiartesanales – o quizás gracias a ello-, no existían la maquinaria de control numérico, y sin embargo las cosas salían así.
Saludos amigos.