Jim Schmidt fue un extraordinario fabricante de cuchillos, y más allá de eso, un hombre extraordinario.
Negándose a aceptar lo mundano o lo ordinario, dedicó su vida como artista a luchar por lo mejor en calidad, ajuste y acabado, forma y función. Jim usó solo lo mejor en materiales de sus mangos naturales y su propio acero de Damasco impecable.
Su cuerpo de trabajo es un testimonio de los altos ideales que Jim defendió, incluida su firme creencia en el concepto de autoría exclusiva.
Jim fue un padre, mentor, artista y modelo a seguir para muchos en la comunidad de fabricación de cuchillos y en la vida. Siempre dispuesto a ayudar a los demás, a compartir conocimientos con aquellos genuinamente interesados en mejorar sus habilidades en la fabricación de cuchillos, fue maestro, crítico y gran amigo. Su carácter personal brilla a través de los exquisitos cuchillos que dejó atrás y en las vidas que tocó. En los propios cuchillos, la belleza, el encanto y la increíble artesanía han establecido un estándar para que otros lo emulen.
Recordar la forma en que vivió Jim ha motivado a otros a seguir el curso que trazó.
Pero és su modelo GOBLIN el que realmente lleva su sello personal y con el que ha pasado a la historia tan magnánime artesano...
Y para terminar,un compedio de cabezas de GOBLINS...