Hará cosa de unos diez años en uno de mis vueltas por las tiendas del Rastro me ofrecieron nada menos lo que me dijeron era un puñal, o un machete y que me lo habían guardado, le dije al vendedor que a mí me interesaban navajas viejas, pero por no quedar mal le pedí que me lo enseñase.
La funda estaba muy desgastada, pero tenía brocal y la contera, me gustó el detalle del botón en la parte trasera, para montar en un tahalí,
era una daga con bastantes años pero razonablemente conservada,
el mango era de hueso, el vendedor me decía que era marfil nada menos,
me hizo gracia el pomo, me parecía de alpaca, el vendedor me decía que era de plata,
me terminó de convencer para adoptarlo dos cosas, una que era de una marca inglesa que no distinguía bien con la guarrería acumulada, pero sí que era de Sheffield, y segundo que al oír mis razones, no era un machete, no era marfil, no era plata, pasó a llamarlo abrecartas y segundo lo mejor que me dijo un precio muy ajustado al poco dinero que yo llevaba ese día.
Recuerdo que conseguí ver otros modelos parecidos, pero de otra marca británica, J. Rodgers, con el último tiene un parecido más que razonable.