Voy a narrar una pequeña historia familiar de un objeto que yo calculo que debe ser de mediados del siglo XIX, si es que no es anterior, un cuchillo que data de mis bisabuelos o puede que de los tatarabuelos, aunque el origen cierto es de mi abuela materna.
Si mi abuela viviese tendría más de 130 años. Era nacida y criada en Pastrana provincia de Guadalajara. Desde siempre hubo en su cocina un cuchillo que ella denominaba “la faca”, muy puntiagudo y que si por una casualidad lo tocábamos los nietos había más que palabras, pues para ella, ya muy mayor, ese cuchillo era poco más o menos un arma de destrucción masiva.
Mi abuela murió en 1970, el cuchillo continuó medio escondido en un cajón de un mueble de la cocina, ahora de mi madre. Hará cosa de unos treinta años, volvió mi progenitora a encontrar el puntiagudo cuchillo y dio la casualidad que yo había ido ese día a la casa de mis padres, comento en voz alta que esa “faca” la iba a tirar, porque estaba muy vieja, roñosa, y le daba miedo que alguno de los nietos la pudieran descubrir y se pincharan con eso tan viejo, que debía ser como poco de sus abuelos, yo al oír estos argumentos, le pedí a mi madre que me la diese y yo me encargaría de quitarla de en medio.
En mi casa ha permanecido, también poco menos que olvidada, entre diversos filos que me fueron llegando de aquí y de allá.
Hasta que hace poco, buscando algo, la volví a ver con otros ojos , curiosamente con la mirada de aficionado a los filos.
Lo primero que indagué fue lo del nombre familiar, mi abuela y mi madre le llamaban “faca” y no cuchillo. Para mi entender faca es una navaja grandota española, vamos de cuando Curro Jiménez. Para aclarar el término copio literal la acepción que de la palabra hace un diccionario:
“ Del ár. hisp. fárẖa, y este del ár. clás. farẖah 'hierro de lanza'; cf. port. faca.
1. f. Cuchillo corvo.
2. f. Cuchillo de grandes dimensiones y con punta, que suele llevarse envainado en una funda de cuero.”
¡Qué curioso! Mi abuela y mi madre lo denominaban muy correctamente, quizás un poco anticuado.
Bueno centrándonos en la faca, lo primero que me llama la atención es su parecido, más que razonable con un tipo de cuchillo conocido y “resucitado” hace unos años, el cuchillo Macho o también llamado Riojano.
Indudablemente es un tipo de cuchillo de caza, para rematar piezas, para buscar la yugular. Posiblemente también se usaría como cuchillo de defensa.
Con este formato, o parecido, he visto varios más, en páginas de Todocolección.
Por ejemplo un francés Batisse muy similar al de mis antepasados, en este caso con funda.
Otro, este español, con la misma forma de la hoja, evidentemente el mango es distinto.
Todavía más antiguos, pero que a puntiagudos pocos les ganan.
Preguntando a familiares, ya mayores, siempre me dijeron que mis antepasados alcarreños, eran muy cazadores y de hecho yo recuerdo haber visto escopetas de “perrillos” y un “remiston”, en la casa de un primo de mi madre, que me dijeron que habían sido de mi tatarabuelo, podéis imaginar los ojos que puse al oír y ver esas reliquias (¿dónde estarán de existir aún?). Con los años conseguí una foto de un antepasado que sostiene una escopeta (de perrillos) de dos cañones, la imagen es de aproximadamente 1890.
( Aclaro que las escopetas de “perrillos” son armas de sistema Lefacheaux o incluso anteriores de avancarga y el fúsil “remisto” era de los primeros rifles de retrocarga, de un solo disparo, sistema “Rolling Block” de la casa Remington, de aquí la fonética de la carabina.)
Las escopetas eran muy parecidas a ésta.
Y la carabina o rifle era como el tercero.
No sería raro que la faca fuese un cuchillo de caza, de viaje, de alguno de mis antepasados, que fue heredado por la hija casi como ajuar doméstico, mientras que las escopetas lo fueron por los hijos, que al fin y al cabo eran cazadores a su vez.
En su momento debió ser un cuchillo “como muy táctico”, en esta foto lo muestro con uno toledano, ya un poco “vintage” y hacernos idea de su tamaño.
La faca bien se merecería una puesta a punto, pero prefiero mostrarlo tal cual se encuentra para sus ¿150 años?, no tiene ningún cuño ni marca de fabricante.
El mango, de asta, está muy deteriorado, muestra los muchos años y sus muchos avatares. Ay, si los objetos hablasen.
El cuchillo no es muy allá que se diga, pero para mí tiene mucho interés pues es un recuerdo de mis mayores y es, indudablemente, una faca muy vivida.