El maestro artesano Motosuke Nagao en la actualidad, trabajando en su taller.
Bueno, pues aquí os la muestro a todo el foro.
Se trata de la navaja que tan amablemente donaron los hermanos Gómez, de la cuchillería Gómez de Pamplona para el último sorteo mensual de Julio, a los que desde aquí les mando un afectuoso saludo.
Una Nagao HIGONOKAMI, en acero carbono laminado y forjado AO-KAMI (Paper blue), con una dureza de 61-63 HRC.
La hoja tiene 7 centímetros de longitud, y el mango 9,5 cms, haciendo un total de 16,5 cms completamente abierta.
Higonokami es el nombre japonés que reciben las navajas tradicionales que se produjeron en el Japón a partir del siglo XIX.
Detalle del laminado del acero, se ve claramente en el vaciado.
Su construcción es muy simple, y muy similar a las francesas Douk.Douk, o a las fabulosas Mercator alemanas, siendo muy populares en Japón, su país de origen. Una pletina doblada abraza la hoja plegada, que se retiene abierta por la presión del remache colocado en el eje. Esta pletina se decora con caracteres que detallan el nombre del artesano, en este caso Motosuke Nagao.
El "seguro" es el pulgar cuando apoya en la pestaña del talón de la hoja.
La historia de estas navajas se remonta al año 1.894, cuando un comerciante de cuchillería les llevó dos navajas a un herrero llamado Sr. Shigeji Nagao y a su aprendiz, con el fín de que las hicieran más económicas para hacerlas así más accesibles al pueblo japonés.
Ellos cambiaron el diseño, modificándolo para simplificar su producción. A ese diseño lo llamaron Higo no Kami y en muy poco tiempo se volvieron muy populares porque eran sencillas, eficaces y muy económicas.
A principios del siglo XX aparecieron muchos fabricantes de Higo no Kami. Y fue en 1.907, cuando los fabricantes de estos cuchillos se asociaron y crearon una marca registrada que permitió que sólo los miembros de la asociación llamaran a sus navajas "Higo no Kami".
En la actualidad se ha perdido casi por completo la fabricación de estas estupendas navajas, siendo el único miembro de dicha asociación, y por lo tanto el único fabricante en todo japón, el Sr. Nagao.
A mediados del siglo XX, estas navajas eran muy populares, por ser las utilizadas por los colegiales para afilar los lápices que llevaban a clase en sus mochilas (la sociedad Pussy Flander española actual se escandalizaría completamente si sus hijos fuesen al cole con una navaja, y al pobre Sr. Nagao seguro que le caería una demanda de algún juez Flander de los que tenemos en la Audiencia Nacional, acabando en Soto del Real por instigador a la violencia infantil o algún esperpento parecido).
Bueno, pues nada, espero que os haya gustado el post, y ya que algún cachondo mencionaba hacerle una foto con un plato de sushi, aquí una foto acompañando el aperitivo de hoy.
He de decir una cosa que, posiblemente, os sorprenda: La navaja no cortaba nada... pero nada de nada, cuando la saqué de la caja. Tuve que pasarle el asentador cerámico de Fallkniven FS4, y en unas cuantas pasadas cortaba decentemente, en otras cuantas pasadas más, ya rasuraba el vello.
Saludos.
Paco