Hoy le toca el turno a una empresa familiar de mi tierra, concretamente de Zalamea de la Serena. Allí, los hermanos Teodomiro luchan contra un mercado cada vez más globalizado, en donde impera la importación oriental. Antiguamente estas navajas se hacían en encina, hoy se recurre a la popular y económica bubinga.
Navajas baratas, ligadas al terruño, a tareas agrícolas y ganaderas, como las Pallarés, Taramundi, maragatas, etc... Carbono, madera y fricción.
Y esto es en honor a mi pobre coche, que murió el pasado viernes