Saludos, hoy os traigo algo de literatura, literatura que tiene como protagonista a la navaja. Creo que es justo decir que la literatura en la navaja está un tanto olvidada, el pensamiento sobre este bello objeto no se traduce en blanco y negro como antaño.
Mi amigo Ignacio (7Igni) tiene la habilidad de excitar mi celo literato, y ya que es un prohombre versado en la vida y sus letras le dedico este post.
La primera feria nacional de cuchillería de Albacete (la “Nueva York de la Mancha”, que llamó Azorín) se celebró en 1965, impulsada por el ministerio de Comercio, la vicesecretaria de Ordenación Económica y diversas Autoridades y Corporaciones. Lógicamente también fomentada e impulsada por gentes de su industria que formaban parte activa en la organización y desarrollo de la misma.
Entre los miembros de la comisión ejecutiva y organizadora podíamos ver apellidos tales como Peinado, Zafrilla, Sáez, Payá, ……
La feria contaba con un concurso de cuchillería y proclamaban a una reina de la feria.
En este caso esta es la reina de la Feria en 1970
Esta a su vez disponía de una corte de honor de seis señoritas.
Lógicamente había expositores, y la relación de nombres muy amplia, desde Arcos, Medrano, Castañeda, Marquez López, Sarrión, Martin Rojas,……..y no sólo albaceteños, también a Muela, Payá, Alberdi, Cuchillería del Norte (Aitor), Gavilán y Romero SL…….
También organizaban un concurso de literatura que tuviera como protagonista a la navaja. A diferencia de las demás Ferias la primera tiene como Primer Premio literario, un conjunto de comentarios sobre la navaja que hizo don Antonio Molina Gonzálvez y que publicó en diversos diarios nacionales.
Estos son los diversos comentarios:
Leña a la navaja
Casi coincidiendo con informaciones sobre el desarrollo en nuestra ciudad durante el próximo certamen de Septiembre, de la “I Feria Nacional de Cuchillería”, cuando advertimos este gozoso resurgir de una industria que parecía en trance de ahogarse sin remedio, nos viene a los ojos, como sorpresa dominguera, el artículo del señor García Serrano en la tercera página del “ABC”.
Por el contenido de su prosa queda bien claro que al escritor le gustan muy poco las aceradas lenguas albaceteñas. El señor García Serrano se muestra tan poco amigo y partidario de ellas, como de López Rodó. Y nos extraña mucho a estas alturas, que considere que la navaja debe desterrarse, para que la crónica de sucesos no se incremente. Decididamente, no podemos invitar al celebrado escritor a que venga en las próximas fiestas a contemplar la muestra ambiciosa de nuestra Feria Nacional de Cuchillería, para que no sienta “el gruñido aterrador y animal” de los muelles de Albacete.
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No entiendo el que la navaja tenga que soportar tan mala prensa, como si estas bellas obras de artesanas fueran culpables de todos los desaguisados que se gobiernan en el pícaro mundo. Como si incrementar una típica industria que podemos exhibir orgullosos, fuera tanto como aumentar el número de jaques y rufianes, que en muchas ocasiones hicieron a la navaja protagonista de algún suceso sangriento. El señor García Serrano en su “Desarrollo entre gitanos” advierte que la navaja vuelve a estar de moda a la hora de solventar las diferencias de opinión entre la gente del hampa. Menos mal que admite la existencia d de ese “desarrollo”. Y que en reciente ocasión, unos gitanos resolvieron sus cuestiones a tiros, imprimiendo modernismo a sus pelarzas como igualmente se modernizan en sus costumbres comerciales, vendiendo y cambiando automóviles, con motores de “tantos caballos” en vez de mulas y borricos como antaño. Y cuesta mucho trabajo creer, por ejemplo, que en tiempos de la División Azul, “la presencia de la navaja, solía calmar la ardorosa flamenquería de los más flamencos entre todos los soldados alemanes: los submarinistas”. Muchos elementos cortantes y punzantes hay más aterradores. Y favorezco que la presencia de una pistola en manos de un delincuente, debe ser lo que más hondamente preocupa. En fin de cuentas, lo malo son las navajas ni las armas de fuego, sino quienes las usan para cometer las más execrables fechorías.
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¿Pero qué culpa tiene mi linda, esbelta y preciosa navaja que va a lucir orgullosa su palmito en las panoplias de la I Feria Nacional de Cuchillería?
Hace muchos años que don Joaquín Calvo Sotelo lanzaba igualmente sus diatribas contra navajas causantes de los peores males. Y aprobada la supresión y prohibición de llevarlas, comentando una proposición de la Ley elevada a la Cámara de los comunes, para dar al traste con las navajas. ¡Creo que otras cosas más importantes debieran preocupar a los organismos británicos!
Al tiempo que leemos el artículo del señor García Serrano encontramos noticias sobre el autor del “crimen del siglo”, en Tejas. O de tantos desquiciados que asaltan Bancos o cometen infinidad de delitos: ¿Qué harían con simples navajas? Hasta los antiguos bandidos serranos de leyenda usaban el trabuco para sus fechorías y la navaja para dar satisfacción a sus estómagos, a golpes contra los tajos de jamón y las blancas y calientes hogazas aldeanas.
No temamos tanto a la navaja. Yo he visto con qué cariño y cuidado la han puesto las madres en las mochilas de los pequeños que marchan a los campamentos. De los trabajadores que han de utilizarla. Que exista tanta “fiera humana suelta”, no es razón para echar leña contra el cuchillo y la navaja.
Nosotros sentimos hacia ella un amor entrañable. Y la vamos a mostrar en la “I Feria Nacional de Cuchillería” con orgullo; “a mucha honra”, como suele decirse. Aunque chulos, jaques y matones nos produzcan tanto asco como horror. Hay que recordar al viejo y dulce maestro cuando nos decía en la escuela: ¿Qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia?
El artículo al que hace referencia de García Serrano es este:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1966/08/07/003.html
Un saludo.