JOHNYTHEKNIFE escribió:
Que buen post de la mitica Puma!!!!!
que recuerdos de la marca/infancia y que pena en la actualidad.
Grácias por tan documentado hilo!!!!
Gracias a tí por pasar y comentar Johny!! Efectivamente supo tener buenos momentos y a veces es difícil mantenerse en la cima.
Un abrazo y ya sigo:
También en las riberas de otro río se libraba una batalla similar esa misma mañana: a orillas del Danubio, precisamente junto a las llamadas Puertas de Hierro – el estrechamiento del río entre paredes rocosas – cerca del pequeño puerto fluvial rumano de Orsova. En esta operación, una compañía del legendario Brandenburg de misiones especiales 800 (unidad de comandos) se deslizaba encordada desde lo alto de las rocas de la garganta del río hacia las aguas amparados por la oscuridad. Una vez abajo encontraron sus armas y lanchas escondidas de antemano en otra operación nocturna. Con estos efectivos habrían de cruzar hasta la otra orilla. El motivo de la misión – muy arriesgada por los peligrosos rápidos que forma el río en esa zona – era la presencia creciente de naves yugoeslavas en las inmediaciones de Orsova.
Estos barcos fluviales habían sido vistos mientras estaban surtos en pequeñas radas, no se sabía bien cual era el objetivo de estas misteriosas embarcaciones, pero era claro que ello tenía que ver con la navegación por el Danubio. La teoría era correcta, los comandos alemanes lograron apresar varios de los buques infiltrados, pero con muchas bajas. Según se pudo comprobar posteriormente, estaban cargados de cemento y era evidente que se hallaban dispuestos para su hundimiento en las cercanías de las Puertas de Hierro. Si se hubiese realizado este plan, la navegación por el Danubio hubiera quedado interrumpida por meses. El golpe de mano de los hombres de la unidad Brandenburg había impedido que se llevase a cabo esta operación.
Casi a la misma hora en que el sargento Conrad operaba en el Mur y los soldados de la Brandenburg hacían lo suyo a orillas del Danubio, en Rumania los pilotos de la 4ª Luftflotte, con Stukas, bombarderos y cazas se disponían a partir para una misión decisiva.
Según había ordenado Hitler, la campaña contra Yugoeslavia tendría que comenzar con un formidable ataque aéreo. Literalmente, había ordenado “destruír la capital – Belgrado”
El nombre elegido para aquella operación aérea resulta más que significativo: “Operación Desquite”, tal era el nivel del sentimiento de desaire personal que le había causado el golpe de estado que había echado por tierra todo el trabajo llevado a cabo para estabilizar el flanco sur de los Balcanes.
Sin embargo, el responsable de llevar a cabo el plan, general Alexander Löhr, comandante de la 4ª Luftflotte, se resistió a semejante orden. Las instrucciones verbales transmitidas por él a los jefes de las escuadrillas fueron de bombardear los objetivos militares. Con todo, la metralla alemana alcanzaría también otros puntos. La acción de los aviones germanos fue corta pero dura, las defensas antiaéreas yugoeslavas eran muy débiles y pronto quedaron eliminadas.
El 6 de abril caían las primeras bombas sobre la residencia del gobierno, el Ministerio de Guerra, el complejo de edificios del Estado Mayor, sobre el Palacio Real, los cuarteles, la sede de Telégrafos y Correos, varias centrales eléctricas. Sobre el mediodía todos los objetivos estaban ardiendo, pero afortunadamente la ciudad no fue destruída.
El ataque aéreo sobre centros neurálgicos de la vida pública yugoeslava dejó a los dirigentes del país en una situación insostenible desde las primeras horas. El gobierno huyó y el Ejército no pudo coordinarse por falta de medios de comunicación. Este es el supuesto fundamental para comprender como fue tan fácil para los alemanes hacerse con el control de Yugoeslavia tan rápidamente. Fue la campaña más incruenta de la guerra, hubieron unidades que cruzaron desde Graz hasta Grecia sin disparar un solo tiro. Desde el comienzo de las hostilidades el 6 de abril hasta la toma de Belgrado, tan solo transcurrió una semana (la ciudad cayó atacada desde tres puntos el dia 12).
La campaña se desarrolló en tiempo récord. En las operaciones ni siquiera habían podido participar todas la unidades puestas en marcha el día 6. El primer Grupo Acorazado atacó el 8 de abril desde la zona situada al oeste de Sofía, al día siguiente tomaría Nis, importante nudo de comunicaciones y luego seguiría el curso del valle del Morava en dirección a Belgrado.
El 10 de abril, el Grupo Este – una división de infantería y dos acorazadas – penetró en Hungría occidental atravesando el Drava y conquistó ese mismo dia Agram, empleando una sola división Acorazada dirigiéndose luego con la mayoría de sus efectivos hacia el sur, en dirección a Belgrado cuyos aledaños alcanzó el día 12. Finalmente, otro grupo acorazado mas pequeño, avanzaría el día 11 desde Timisoara en Rumania Occidental, hacia Belgrado, adonde llegaría dos días después.
La velocidad media de la operación sorprendió al propio Mando alemán. El Ejército 2 (Estiria) por ejemplo, ni siquiera empleó todas las fuerzas previstas en un principio: varias divisiones recibieron orden de regresar al comprobarse que no era necesaria su intervención. Estas unidades volvieron a los puntos a los que se les había destinado con vistas a la operación Barbarroja.
El caos total que había en el Mando del Ejército Yugoeslavo, la falta de coordinación en sus cuadros dirigentes imposibilitó una acción conjunta de las unidades armadas, y se produjeron hechos grotescos: El teniente Schotters de la División de Cazadores de Montaña que prestaba escolta camino de Belgrado al 1er Panzergruppe por el valle del Morava, fue destacado con diez hombres y un vehículo oruga para observar la posición del enemigo.
Con las máximas precauciones, el pequeño grupo avanzaba por una estrecha carretera trazada sobre las montañas serbias, cuando salió a su encuentro un desertor. Este les dijo que en el próximo pueblo se hallaba todo un regimiento yugoeslavo. El teniente le solicitó que los guiase hasta Dubropoltje – el pueblo en cuestión – para encontrar al enemigo.
Allí, en un golpe de mano audaz, logró hacer prisioneros algunos militares de alta graduación que habían llegado en un automóvil de grandes dimensiones. Un general, dos coroneles, y otros dos jefes más que fueron transferidos de su lujoso vehículo al incómodo interior del carro de combate.
Los hombres de la patrulla se situaron en el estribo del carro en cuclillas sobre el chassis de las cadenas, apretujándose unos contra otro, mientras el carro oruga abandonaba la ciudad.
De un solo golpe, toda una División del Ejército yugoeslavo había perdido a su comandante, a su estado mayor y a los jefes del regimiento, por lo cual cualquier plan que pretendiese llevar a la práctica la división citada se veía prácticamente condenado al fracaso.
El 17 de abril todo había concluido en Yugoeslavia. El 14, el Mando del Ejército yugoeslavo había comunicado a los oficiales con mando directo que podían capitular cuando lo deseasen, o sea una capitulación parcial, pero los alemanes no se conformaron y el día 17 exigieron una rendición total y sin condiciones que debía ofrecer un ministro plenipotenciario del gobierno.
Un nido de ametralladoras alemanas sobre la costa del mar Egeo
Mientras tanto la acción continuaba en Grecia, el ataque también había comenzado el 6 de abril, cuando unidades del 12 Ejército alemán cruzaron la frontera greco-búlgara, adentrándose en territorio heleno hasta las cercanías de la línea Metaxas.
El 16 de abril de 1941 tropas alemanas de montaña izaron su bandera en la cima del monte Olimpo cubierto de nieve, dando cumplimiento entonces a lo planificado por el general Halder con sus "saltos de puma" y confirmando lo expresado en el título del post.
Un abrazo