Los soldados españoles tenían fusiles Mauser, revólveres tipo S.W. y machetes de la F.N. de Toledo.


Los sitiadores tenían fusiles tipo Remington, machetes y otras armas blancas.



Pero al ser zona tropical, sobre todo machetes y armas específicas de la zona



Además los insurrectos, del Katipunan, no ocultaban el uso que querían dar a los dichos filos con los cuellos de los soldados “castila”, como llamaban a nuestras tropas.


Con víveres, agua, amenazas muy graves y mucha determinación aguantaron casi un año hasta que el oficial al mando don Saturnino Martín Cerezo se convenció de que era verdad que España había perdido la soberanía sobre Filipinas…

… Y que no les iban a matar los sitiadores.



Pues bien además de machetes (y lanzas, flechas, bayonetas, hachas, etc.) seguro que hubo navajas en manos de los soldados.
En la dicha exposición de Toledo entre los recuerdos personales figura una navaja con cachas de nácar del laureado Teniente Martín Cerezo. Yo no sabría si la tuvo en Baler o fue un regalo posterior, pero está entre los objetos de la misma.


Una cartela así lo indica.


Me alegré mucho al ver dicha pieza, pero no ponía nada de la marca y de otras características. Otras vistas de la pieza.




Traté de ver el cuño y conseguí hacer una foto de la hoja y de él, jugándome que me expulsaran de mala manera
Es de la marca alemana Böntgen & Sabin AG Stahlwarenfabrik que fue fundada originalmente por August Böntgen y Louis Sabin alrededor de 1870 (registrado en 1876), por fechas podría haber estado con su propietario en Baler.


También hay otros objetos cotidianos de los sitiados,




y




Bueno una vez más vemos que los pequeños objetos ayudan a escribir la Historia.
Los cercados,


una vez volvieron a la península obtuvieron diversas recompensas, variando la importancia de las mismas según grados militares (como siempre)








Siento la calidad de las fotos, pero en mi descargo os digo que al estar dentro de urnas de cristal es muy difícil evitar los reflejos con una cámara compacta. Si algún compañero tiene ocasión de ir a la exposición y puede obtener mejores fotos se lo agradecería.
Amigos, como estamos en un foro de armas blancas me he tratado de ceñir a, eso, los filos y armas de la exposición, los rollos de historia los dejo para los foros de historia.
¡HONOR Y GLORIA A LOS HÉROES!


P.D. Hicieron una película en 2016, basada en los hechos de hace más de un siglo, no refleja los sentimientos de los sitiados, nunca me ha gustado el presentismo.

Te felicito por tu trabajado hilo, Rafa. Además de que podemos apreciar un fina navaja de la época, también podemos ver otras armas blancas. Conservo un par de sables de oficial que estuvieron en Filipinas, y que pondré en sables para no desvirtuar tu trabajo.

Existe abundante bibliografía sobre la gesta de “Los últimos de Filipinas”, y ha sido recogida en dos películas, que yo sepa. Personalmente la última que citas me pareció muy bien realizada, y francamente me gustó; aunque los muy cafeteros de la Historia encontremos pequeños fallitos (los fusiles por ejemplo). Pero los exteriores, el ritmo y la narración me pareció un buen trabajo en su conjunto. Parece una película de Coppola.


Insurgentes filipinos.


Soldado español y tropa auxiliar filipina.



Oficiales, uniformidad.




los últimos de Filipinas

Un excelente post, con una información valiosa ilustrada con estupendas fotografías.

Excelente Rafa, una pena que se llevaran el Museo a Toledo.

Debe ser esta la única nación del mundo donde el museo del Ejercito no está en la capital.

Un gran post !!! Gracias Cesar por el aviso.
Desde luego la navaja de Martin Cerezo es una pieza excepcional de la historia de España.
Respecto a las armas Filipinas, que decir, hay una gran variedad de ellas en función de la Isla en la que se creasen.
El hacha de la foto, pertenece a los igorots, con fama de cortadores de cabeza. Se dice que la parte más puntiaguda estaba diseñada para luego llevar la cabeza del enemigo una vez cortada.
Un saludo
Caryolg

Estupendo post Rafael, muy interesante las piezas y la historia.
Al ver la navaja no tenía ni idea de que fuese una Bonsa, muy curiosa.
Me ha entretenido mucho, un abrazo.

Muy buén post,grá ias por acercarnos al museo y a ésta época!!!!!

Buenísimo Rafa, muchas gracias. Ojalá pueda acercarme a Toledo a verlo.
Manuel tiene razón, el museo del ejército debería estar en la capital del reino. Otra orejada más, la que hicieron.

En 2019 se cumplen 120 años del fin del asedio de Baler. El Museo del Ejército quiere conmemorar dicho aniversario con una exposición temporal que acerque al gran público la mayor parte de las facetas del asedio sufrido en la iglesia de Baler, Isla de Luzón, Filipinas, por parte de un destacamento de cincuenta españoles pertenecientes al Batallón de Cazadores Expedicionario nº 2, quienes, totalmente incomunicados, presentaron bajo la dirección de sus oficiales una resistencia tan decidida en circunstancias tan adversas que merecieron el elogio de sus enemigos y obtuvieron el reconocimiento inmediato de la nación, para después sufrir poco a poco el olvido y lo que es peor, el desconocimiento de las auténticas razones y circunstancias que se dieron en aquel escenario.


Por ello, esta exposición pretende, a través de piezas originales pertenecientes en su gran mayoría a la colección del Museo del Ejército y que actualmente están en las áreas de reserva, elaborar un relato basado en las fuentes directas para sacar del anonimato a los protagonistas de este suceso. Los conocidos en su tiempo como “Héroes de Baler”, pasaron a ser recordados más adelante como “Los últimos de Filipinas”, en un proceso del que queremos dar a conocer sus orígenes y sus motivaciones, destacar el impacto de su actuación en sus contemporáneos, así como resaltar los lazos emocionales y culturales de la antigua colonia española con la metrópoli, todavía muy vivos. No es de extrañar por tanto que se haya declarado por parte de la República de Filipinas, como Día de la Amistad Hispano-Filipina, el 30 de junio, fecha de la emisión en 1899 por parte del presidente Emilio Aguinaldo del decreto de Tarlac, en el que se ordenaba que los miembros del destacamento, debido a su valor, fueran considerados y tratados como amigos y no como prisioneros.


Sin duda la fuente más importante de este acontecimiento es la publicación del 2 º teniente Saturnino Martín Cerezo, "El sitio de Baler, notas y recuerdos", donde, siguiendo un criterio cronológico, anota con precisión los más mínimos detalles del asedio, con un estilo directo y reflexivo, justificando todas y cada una de sus decisiones, sin que por ello renuncie a transmitir al lector sus dudas y sus momentos de debilidad, con un gran estilo literario.


Para transmitir al público la voz del jefe del destacamento desde el Museo del Ejército, a través de la cuenta del Instituto de Historia y Cultura Militar, se tuiteará en los próximos meses algunos de sus fragmentos adaptados a 280 caracteres, para poder así hacer partícipe al público de las vivencias de los sitiados y sitiadores de la iglesia de Baler 120 años después.
(extraído de la web del museo).

La Historia moderna de Filipinas es una de las más tristes. Actualmente está muy reconocido el papel civilizador de España en un archipiélago con más de 7.100 islas y múltiples etnias. Así como la dificultad para su vertebración administrativa. La Historia es siempre complicada, y superado el relato Imperial de que “España se desangró para llevar la luz de Occidente”, también queda superado por tramposo el relato indigenista e independentista que se ha mantenido durante años.

Fue una guerra espantosa, donde las clases más pobres de España llevaron la peor parte; quien tenía recursos económicos podía eludir el servicio militar (una vergüenza).

Los filipinos, sublevados después contra sus “liberadores” yanquis, rechazaron toda mediación para un intercambio de prisioneros con España. Intercambio que no se produjo hasta julio de 1899.

Nos echaron y se quedaron los yanquis, después los japoneses (toma Jeróma), y después más yanquis. Y ahora tienen un presidente que no tiene desperdicio. Uff… que mal rollito.

Me ha gustado mucho el post, las piezas mostradas y tus fotos muy buenas, y lo bien explicado, además con otras aportaciones muy buenas, hacen qué sea un post muy bueno.

Este es un post de 2 orejas, gran ovación y vuelta al ruedo. Enhorabuena Rafa, me quito el sombrero.
En cuanto a la navaja, seguro que Alberto puede darnos más información de esa BONSA o de otras coetáneas.

En referencia al armamento del infante español en Filipinas que aporta Rafa en la foto.



El Máuser modelo 1893 (también llamado "Spanish Mauser") fue un extraordinario fusil de calibre 7x 57mm, de accionamiento por cerrojo, con un cargador interior de 5 balas alimentado por peines,
Disparaba munición "sin humo", introduciendo la pólvora de nitrocelulosa, y que en consecuencia, los disparos no producían humo (o éste era muy escaso en comparación con los disparos hechos con munición de polvora negra), por lo que era muy difícil detectar de donde venían los disparos, sobre todo a distancias medias y largas. Esto, que puede parecer una chorrada, fue una gran evolución tecnológica dentro del armamento.

El Mauser 93, fue el fusil usado en en las últimas contiendas coloniales de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, las campañas de África y la guerra civil de 1936. Muy apreciado años más tarde por los gangsters de Chicago, que lo utilizaban para matar a larga distancia, en las largas avenidas de la ciudad, disparando desde ventanas de edificios.

Como dato curioso: El gobierno español compró a Mauser 70.000 fusiles y 5.000 carabinas, además de 18 millones de cartuchos. En los años sucesivos y previas algunas reformas en sus instalaciones, la Fábrica Armas de Oviedo produciría 20,000 fusiles al año a un precio aproximado de 78 pesetas cada uno.

Era un arma realmente superior a cualquier otro rifle de la época.



Del revolver y del machete, mejor que hable otro...

Tuve la versión carabina de ese mosquetón, se llamaba Carabina Modelo 1895 para plazas montadas. Estaba febricada por Lüdwig Loewe de Berlin.

El Machete es el Modelo 1881, con una longitud de 770mm y hoja de 593mm. Ha sido el único modelo de machete reglamentario en el Ejercito Español con hoja de doble curvatura, también llamada Yatagán.

El revólver, no lo veo bien para identificarlo correctamente, y en aquella época eran de compra particular, aunque tenían que cumplir unas condiciones generales. El más utilizado era el Nº7, construido por Orbea Hermanos, de Eibar. Una versión de un revolver Smith & Wesson.

Los héroes del sitio de Baler están mejor considerados en Filipinas que en España; creedme que lo digo con mucha tristeza.
AQUÍ hace pocos años han hecho una película sobre el asunto para Manchar la memoria de aquellos valientes.

Editado César, por cierto, magnífica aportación.

Un post de lujo con magnificas aportaciones
Cesar no tenemos remedio, tambien lo digo con tristeza.

Este hombre es Marcelo Adrián Obregón, nacido en Villalmanzo provincia de Burgos. la cuchara que muestra Rafa, de la exposición, fue de su propiedad y le acompañó durante la guerra. Sirvió más veces para cavar las tumbas de sus compañeros que para comer. Era considerado muy buen tirador cómo demostró durante el sitio.

Ayer, 2 de junio se volvió a conmemorar el 124 aniversario del sitio de Baler en el que 56 hombres defendieron valerosamente el último reducto español del país asiático, una resistencia propia de un español, propia del valor de los hijos del Cid y de Pelayo.
«El oficial que tenga orden absoluta de conservar su puesto, a toda costa lo hará». Esta orden es un excelente resumen de lo que sucedió hace 124 años en el sitio de Baler (junio de 1898 a junio de 1899) cuando un pequeño grupo de soldados españoles, capitaneados por el teniente Saturnino Martín Cerezo, defendieron la soberanía de España sobre el archipiélago asiático durante 337 días.
Su historia, pero sobre todo su honor, han vuelto a ser recordados este jueves 2 de junio (fecha de su retirada tras izar bandera blanca en la iglesia donde resistieron) en la Plaza del conde del Valle Suchil de Madrid, donde se han dado cita a las 20:00 h al pie de la escultura a los Héroes de Baler, obra del escultor Salvador Amaya, quien también ha asistido al acto. Desde 2020 el distrito de Chamberí acoge este monumento que rinde homenaje a aquellos que pasaron a la historia como Los últimos de Filipinas.

Estatua A los Héroes de Baler por Salvador Amaya. Representa a Saturnino Martín Cerezo


El autor de Los últimos de Filipinas. Mito y realidad del sitio de Baler, Miguel Ángel López de la Asunción, explica que en la defensa tomaron parte militares no integrantes del denominado destacamento de Baler, además de tres religiosos franciscanos. «Aunque nos cueste creerlo, los afamados 33 supervivientes del sitio de Baler fueron, en realidad, 35», apunta López de la Asunción.
El destacamento contaba con 56 hombres, entre los que se encontraban los tenientes Juan Alfonso Zayas y Saturnino Martín Cerezo. De los 50 soldados, dos de ellos desertaron antes del inicio del asedio; trece de aquellos soldados habían participado en asedios previos durante la insurgencia, por lo que aportaron su experiencia en terreno y costumbres del enemigo para hacer frente a estas circunstancias. «Estos soldados representaban ampliamente la sociedad española de la época», apunta López de la Asunción en su artículo Claves para la exitosa defensa de la posición de Baler.
Modelo 1882. Capitán Camilo Polavieja. Producido en la Fábrica de Armas de Toledo.


Dentro del medio centenar de soldados que participaron en la aguerrida defensa se encontraban al menos dieciséis voluntarios que antes de lanzarse a primera línea de combate ejercían diferentes profesiones: campesinos, canteros, cerrajeros, cocineros, encargados de tienda, herreros, médicos, jornaleros, panaderos, sastres, sirvientes, sombrereros, zapateros, entre otras. La variedad que presentaban estos hombres durante la resistencia «enriqueció con mayores recursos una empresa para la que cada cual aportó sus mejores cualidades en pos de un fin común», continúa el artículo.

El médico Rogelio Vigil de Quiñones (izq), el cabo Jesús García Quijano (centro) y el segundo teniente Saturnino Martín Cerezo (derecha). Fotografía tomada el 2 de septiembre de 1899 en Barcelona


Entre los militares no integrantes al destacamento se encontraba el capitán Enrique de las Morenas, el teniente médico provisional Rogelio Vigil de Quiñones y el sanitario Bernardino Sánchez Caínzos. De las Morenas, Zayas y Martín Cerezo supieron mantener la unidad y la disciplina del grupo llegando a ser «verdaderos padres con sus subordinados», como atestiguan algunas de las correspondencias de los supervivientes. Con la misma paternidad y servicio actuaron los tres franciscanos que se encontraban en la iglesia de San Luis Obispo de Tolosa de Baler: los padres Gómez-Carreño, López y Minaya (estos dos últimos formarían parte del grupo de supervivientes) que asistieron en todo momento con apoyo espiritual, así como en el cuidado de los enfermos.
Los adversarios les superaban en número y los ataques de los sublevados filipinos, cada vez más organizados, hicieron intensificar el asedio. La falta de alimentos frescos se empezaba a notar a pesar de que el médico de la guarnición había conseguido construir una pequeña huerta próxima a la iglesia y el gran castigo psicológico al que se encontraba sometido todo el destacamento debido al prolongado sitio empezaba a debilitarlos. Esta situación hizo que el documento que llegó del Parlamento filipino comunicando la firma del Tratado de París y, por consiguiente, que Filipinas ya no era española produjo más desconfianza que esperanza, pues ya habían sido engañados en otras ocasiones por los filipinos. Los continuos choques fueron desgastando las fuerzas de los soldados españoles, y a los 282 días de la resistencia se quedaron definitivamente sin alimentos. Sin embargo, continuaron aguantando convencidos de que seguían protegiendo territorio español.

Machete de las islas Visayas, Binangon.



Con recelo a las noticias de la derrota española, los soldados de Baler siguieron defendiendo el sitio. Tras 11 meses en la iglesia del pueblo filipino, a finales de mayo de 1899, tras otro intento de hacer que los soldados españoles depusieran su resistencia y volviesen a Manila, el teniente Martín Cerezo descubrió una noticia en los periódicos que no podía ser una inventiva de los isleños, lo que le hizo reconocer y darse cuenta, definitivamente, de que los anteriores avisos en los que se le comunicaba que España ya no poseía la soberanía de Filipinas, eran ciertos y que no tenía sentido seguir resistiendo en la iglesia. Finalmente, el 2 de junio de 1899, tras izar en la iglesia la bandera blanca y oír al corneta tocar atención, el destacamento español de Baler se rindió tras 337 días.
El propio general Emilio Aguinaldo, primer presidente de la República Filipina, reconoció en su decreto de 30 de junio de 1899 que «aquel puñado de hombres aislados y sin esperanza de auxilio alguno, que habían defendido su bandera por espacio de un año, se habían hecho acreedores a la admiración del mundo por su valor, constancia y heroísmo, realizando una epopeya tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo». Ordenó que no fueran considerados como prisioneros y se les facilitara el regreso a España.

No se como se me había pasado este post!! La historia la conocía por haberla leído hace muchos años e inclusive la había comentado hace tiempo en un foro rioplatense - es una gesta de heroísmo!! Muchas gracias César por recordarla.
Un abrazo!!

Magnífico recuerdo y actualización de datos de este sobresaliente post César. Muchísimas gracias por traernos estas pequeñas joyas de nuestra más gloriosa historia.

Un abrazo amigo.