Hoy visitaremos el pequeño pueblo de Valdespino de Somoza, ubicado en plena Maragatería, en León.
Las casas, son las típicas de la comarca.



Nos acercaremos a conocer a D. José Ares. Que lleva haciendo navajas y otros útiles en su forja desde los 14 años.



El polvo negro y una pequeña bruma causada por el soplo del fuelle son la tarjeta de entrada a la fragua de José Ares, quien espera con su mandil de cuero, gafas protectoras y una gorra que cubre su pelaje canoso. Un acotado taller con cubierta de madera que recuerda al siglo XIX, con una enorme viga que atraviesa su parte superior y que, carcomida por el tiempo, ha sido remendada con barro para que aguante. Debajo, una antigua botella de gaseosa de color verdoso, rellenada a diario en una fuente del pueblo. El repique constante del martillo acompasa el hierro incandescente recién salido de entre el carbón en Valdespino de Somoza, en plena Maragatería. "Yo no sé hacer otra cosa. El día que me saquen de aquí se acaba 'Pepe el de las navajas'", narra mientras tira del balancín del fuelle con una fuerza inusual para su edad, 95 años.





Pomos para puertas, picaportes, ornamentación en hierro, utensilios de cocina, hoces, carrancas para mastines... productos muchos de ellos que ya sólo vende este herrero para casas rehabilitadas o de estilo rural; pero principalmente cuchillería. Es por eso su mote, "Pepe, el de las navajas". con el que le conocen en toda la comarca.




Ver trabajar a José Ares recuerda al famoso cuadro de la 'La fragua de Vulcano', aquel óleo sobre lienzo que Diego Velázquez pintó en Roma en 1630 y que se encuentra en el Museo del Prado. La diferencia, que este herrero no ha recibido la resplandeciente visita de Apolo y cuenta con una mujer, Visitación, que le adora, al contrario que Venus al propio dios del fuego. "No vengo todos los días, pero sí siempre que puedo. Es muy cabezudo y su hobby es mantener la fragua abierta hasta el último día", asevera su esposa, mientras se sienta en una pequeña banqueta a su medida, buena conocedora de los hábitos de su marido, con quien lleva 63 años juntos.



El trasiego del taller no es normal para un hombre de 95 años, pero lo ha convertido en un museo de dignidad al trabajo. "¡Voy a empezar a trajinar!", exclama de forma repentina. Su profunda sordera y su corta vista, producto de años de trabajo y por supuesto, de la vejez, no le impiden tener una fuerza mental y física considerable.



Toma por la punta una hoja de guadaña, recortada a media para convertirla en un filo que acabará en cuchillo o navaja. Con una grandes pinzas las introduce en lo más hondo de la fragua, esa que tanto conoce, a la que habla cuando está con ella a solas. Y es en ese momento cuando se inicia un traqueteo que obliga al fuelle a abrir y cerrar y a soplar en el interior de esa chimenea que tantas alegrías le ha dado. Cuando la fina hoja de hierro destaca por ese color rojizo, la extrae y agarra el martillo. "Tengo el cuello encorvado de mirar hacia abajo toda la vida, hacia el hierro", sostiene.



A medida que los golpes moldean la navaja, el herrero coge confianza. "Yo empecé en el taller de mi tío con 14 años, a los 18 monté una propia en casa de mi madre y a los 23 empecé con esta. Pero es igual que las de hace más de cien años", desliza. De repente, se dispone a afilar el filo en una piedra redonda que se mueve mediante pedaleo, como una bicicleta. Como un veinteañero, coloca una de sus pies y empieza una rutina repetida miles de veces pero que, a esta edad, a pesar de mantenerse en forma, llama la atención. "Parece que se va a salir la cadera", ríe su mujer, a quien ciertos movimientos de su esposo no le hacen tanta gracia. Pero se trata de un deportista nato, que a diario hace una hora de bici estática antes de ir a dormir.




Después de martillar el filo de la navaja e introducirla varias veces en la fragua y debajo de la ceniza para que enfríe, una ligera humareda permite a Pepe enseñar lo que será un producto terminado, a falta de colocar su correspondiente mango de madera de urz y encina, que él mismo moldea. Su mujer y Goyo coinciden en criticar a aquellos que una navaja de este tipo es cara. "Tendrían que ver este trabajo artesanal que se llevan por 15 euros. Es impagable".



Las navajas muestran su hoja ligeramente deformada, evidencia de lo artesano y motivo por el que Pepe presume. También hago machetes para cazadores y cuchillos.



Pero queda el trabajo final. "Para para, no te la lleves que hay que poner el sello", resuena en la fragua con voz quebrada. "¿Donde está el martillo especial?", pregunta. Sobre una estantería agarra el mango y muestra su sello. Un golpe seco en la hoja recién finalizada deja vislumbrar varias letras. Tras acercarse, se aprecia mejor. "Ahí lo pone bien claro. Si pone 'Valdespino', las navajas son mías.



Aquí podéis ver una navaja maragata.




...por detrás se vé bien la forma del zapato. La madera es Uz; brezo.



y ahora, abierta. La hoja procede de una guadaña rota.



detalle de la hoja con su marca; Valdespino.



Os dejo con esta foto de D. José reinando en su fragua. Que Diós le dé salud y fuerza muchos años.



ileon.com
Muchas gracias a mi amigo Luis por facilitarme algunas fotos para el post.

Que buen post Cesar y que recuerdos me trae de mi visita a este gran hombre hace ya más de dos años!!

Fue un verdadero placer charlar con él y comprarle alguna navaja y este post me ha traído muy buenos recuerdos de ese momento, así que gracias.

Saludos.

Otra más de historia cuchillera, César

Como en otras veces un magnífico reportaje sobre un venerable artesano de navajas toscas pero con muchísimo encanto.
Gracias por compartirlo.

Estupendo post César!! y no solamente de cultura e historia cuchillera - esto ya es "Etnología".
Un abrazo
PD: Observaron el desgaste del yunque después de tantos años de trabajo?

¡Enhorabuena por el magnífico post!
Estupendo trabajo de divulgación de un artesano "de los de toda la vida" y en su caso nunca mejor dicho, que ennoblece el trabajo de forja a la vez que la forja y su trabajo le ennoblece a el.
¡Ojala pueda seguir muchos años disfrutando y haciéndonos disfrutar con sus obras! Y tú haciendo disfrutar a todos los foreros con tus artículos.
Muchas gracias y un atento saludo.

Qué post tan bonito, ojalá que siga muchos años en la fragua.

Maravilloso! El pueblo, el taller, el artesano y sus creaciones.
Un ejemplo de trabajo y dedicación para estas épocas con tanto vago de vida fácil.
La fotografia de primer nivel.

Gracias por contar y mostrar.

Francisco

Muy buen post compañero César, como es habitual en tí.

Enhorabuena.

Excelente post compañero.

Muy buen post César, muy entretenido. Y también algo nostálgico, cada vez van quedando menos personas así, fuerzas de la naturaleza, de raza. Cuya rutina de duro trabajo parece que haga que ganen años a la vida.
Las navajas no son del tipo que más me gusta, pero les reconozco gran valor.
Espero que cuando la Parca vaya a visitarle, D. José le quite la guadaña para hacer unas buenas navajas, y esta vuelva por donde ha venido.

Entrañable post!!! Estos oficios no se deben de perder, es historia viva.
Muchas gracias por el post
Saludos
Caryolg

Muchas gracias por el post, no solo de cuchilleria sino de actitud ante la vida.

Un saludo.
Cesclobo

Gran Artesano y gran Post
Enhorabuena

César; pedazo de post, compañero.
Me ha encantado.

Bonito reportaje, estos trabajos ya son una afición más que un trabajo.
Gracias César.

Buenas tardes amigos.
Últimamente tengo el foro algo abandonado, tengo mucho trabajo y apenas puedo entrar.
Estoy entristecido por tener que recuperar este post para comunicar que el bueno de Pepe a la edad de 97 años, anteayer Domingo día 24, dejó este mundo. De su fragua ha dejado de salir humo y ruido.



Descanse en paz. Todos te recordaremos. Los que más suerte tenemos, lo haremos usando alguna de tus navajas.

Descanse en paz.

DEP

Descanse en paz Don José!!

PD: Amigo César a ver cuando te haces un tiempo y nos deleitas con tus posteos nuevamente.
Un abrazo

Otro gran cuchillero que nos deja.
Descanse en paz.

Triste noticia, un buen artesano que se va y, probablemente, un clavo más en el ataúd de la cuchillería tradicional, que se va perdiendo.

Que la tierra le sea leve.

Una noticia muy triste.
Descanse en paz Maestro.

Andrés Mateos.

Buenos dias a todos
Conocí a Pepe personalmente. Una gran persona y gran artesano. Descanse en paz