Aitor fue una referencia del (y para el) mundo de la cuchillería hispánica.
Hicieron multitud de variantes tanto de cuchillos como de navajas. Unas con materiales nobles en los mangos, cachas, en asta de ciervo, maderas y micartas, para caza y todo uso. Otras series con mangos plásticos más enfocadas a oficios y pesca.
Dentro de este segundo grupo, estaban las que yo denomino "cuadradotas" pues los mangos son rectangulares, en plástico rugoso, buen agarre y normalmente una sola hoja.
En el catálogo de 1978 las mostraba con sus referencias.
Hubo otra familia, de tamaño mediano cerradas unos 88 mm., de mangos plásticos, pero multiusos, sin ser de las series rojas o verdes.
En el catálogo mencionado, 1978, vienen mostradas, con la variedad de útiles y sus números de referencias.
Las hubo con varios marcajes, aquí uno de Iher y por lo menos dos distintos de Aitor.
Hace unos meses he tenido la suerte de recibir un gran regalo, una pieza de esta categoría pero modificada con cachas de ciervo.
El resultado es muy bueno, se ha pasado de una navaja común, industrial a una pieza única, personalizada; con unas cachas de ciervo indú, con las terminaciones en cebú, casi transparente, los pasadores y separador de los dos tipos de astas de alpaca. Un detalle de cada lado.
Lo mejor de todo es el gran detalle que ha tenido mi buen amigo y magnífico artesano A. Franco.
Una vez más se ha cumplido lo que he dicho otras veces, parece mentira que de algo tan específico como es nuestra afición al mundo de los filos se llegue a muy buenas amistades, como es en este caso. Gracias de todo corazón amigo Aitor Franco.