elmora76 escribió:
Algunas cosas como algunos vinos mejoran con el paso de los años, este es un buen ejemplo, el veteado del cuerno con el acero envejecido la embellecen y le brindan carácter. Hermosa navaja!
Gracias por mostrar y contar.
Saludos
Francisco
Gracias a tí Francisco por pasar y comentar!! Efectivamente, el paso de los años parece haberle sentado bien a esta veterana, que aún se mantiene con todas sus cualidades activas. Celebro que te haya gustado.
Aprovecho para subir un cuento de un escritor francés, cuyo nombre no recuerdo, pero que se desarrolla en la misma época de la navaja y vivió un acontecimiento muy similar:
La moneda perdida
Terminada la primera guerra mundial , regresaron a su aldea unos cuantos veteranos del ejército francés. Todos ellos lograron en una paz laboriosa cierto grado de bienestar….todos menos uno : Francisco Lebeau.
Los gases se habían ensañado en el cuerpo del pobre Lebeau y lo habían dejado sin fuerzas ni arrestos para trabajar. La pobreza se aposentó en su hogar, pero el veterano era demasiado altivo como para mendigar la caridad pública.
Todos los años se reunían los héroes en un banquete. Aquella vez lo hicieron en casa de Julio Grandin, quien había apañado una bonita fortuna y gustaba de hacer alarde de ella.
A los postres, sacó Grandin una moneda de oro de gran tamaño y peroró largamente sobre su antigüedad, rareza y valor inestimable, dejando boquiabiertos a los comensales.
Todos la examinaron atentamente pasándola de mano en mano. Al poco rato comenzaron a hacer efecto las copiosas libaciones que habían hecho y todo fue reír, cantar, charlar y gritar.
Nadie se acordó más de la moneda. Cuando Grandin, horas después, quiso guardarla, nadie supo dar razón de ella.
Se produjo entonces un rumor de preguntas y protestas. Por último, el abogado del pueblo propuso que se registrase a todos los presentes. Accedieron todos,… menos Lebeau.
Sus compañeros lo miraron con sorpresa y franco recelo.
- De suerte que te niegas?... le preguntó Grandin con acento de incredulidad.
- Sí, me niego!!, repuso Lebeau sonrojándose – No puedo tolerarlo.
- No comprendes lo que significa esa negativa?
- No soy ladrón, y no permito que se me registre!!.
Los demás fueron – uno a uno – volviendo del revés sus bolsillos. No apareció la moneda.
De nuevo se clavaron en el infeliz Lebeau los ojos de los circunstantes, inquisitivos y acusadores.
- Supongo que ahora no persistirás en tu negativa?, le preguntó el abogado.
Lebeau no contestó y Grandin salió indignado del comedor.
Ninguno de los reunidos volvió a dirigirle la palabra al desventurado Lebeau, que bajo las miradas de sus amigos tuvo que marcharse corrido, con el aire lamentable de un hombre convicto de robo.
Desde aquel día, Lebeau vivió en el aislamiento. Sus convencinos volvían la cara a otra parte cuando se cruzaban con él en la calle.
Fue hundiéndose cada día más en la pobreza. Poco después murió su mujer y nadie se preocupó por averiguar si la infeliz se había ido a la tumba empujada por el hambre o por la vergüenza.
Pasaron los años, el suceso había entrado en la categoría de las consejas populares. Un día Grandin quiso hacer unos arreglos en su casa y entonces fue que uno de los albañiles encontró la famosa moneda enterrada en el polvo, entre dos tablas del suelo, en el comedor donde se había celebrado el banquete.
Aunque vano y fachendoso, Grandín era hombre justo. Con aquella prueba irrefutable de la inocencia de Lebeau, se apresuró a ofrecer sus disculpas por el agravio.
Corrió a casa del humillado veterano, le participó del hallazgo de la moneda y le rogó – lleno de confusión y arrepentimiento que le perdonara por haber sospechado de su honradez.
- Pero – concluyó – si tú no tenías la moneda…porqué no te dejaste registrar?
Lebeau, demacrado, harapiento y prematuramente envejecido alzó sus ojos sin brillo y dijo con voz entrecortada:
- Porque en ese momento era yo un ladrón, hacía semanas que los míos apenas comían y tenía los bolsillos atestados de comida que había cogido de la mesa para llevar a casa y acallar el hambre de mi mujer y mis hijos!!
Fin
Espero que haya resultado de tu agrado,
Un gran abrazo!!