Navaja AITOR Multiusos Inox. 204.037 “Guiloché”.
Para hacernos una idea de su tamaño, la vamos a comparar con la navaja “272” de Aitor, navaja que coincide prácticamente en dimensiones con los conocidos modelos pequeños “estándar”, de 84 milímetros, de Victorinox.
Vista lateral, con las hojas de ambas abiertas:
Y aquí la vemos posando con su hermana mayor en años y a la vez más pequeña, a ser de un solo uso (hoja), también “Guiloché” de Iher de la que desconozco el modelo:
Cerradas:
Abiertas:
Vista más en detalle del marcaje de ambas en los lados izquierdos de las hojas:
Vista más en detalle del marcaje de la Iher “TOLEDO”, al haber sido destinada para la venta (como recuerdo) en la “Ciudad Imperial” de ese nombre, en el lado izquierdo de la hoja:
“Guiloché”:
No he parado de hablar de cachas con un acabado “Guiloché” que hacía que popularmente se conociera a estas navajas como “plateaás”, pero...
¿Qué es el “guiloché”?
El “Guiloché” es una técnica de grabado decorativo en la que un patrón o diseño repetitivo, intrincado, muy preciso, se graba mecánicamente en un material subyacente.
Específicamente, implica una técnica de giro del motor, utilizando una máquina del mismo nombre, también llamada torno de motor o “rose motor”. Esto mejoró la práctica más lenta de hacer diseños similares a mano y permitió una mayor delicadeza, precisión y cercanía de las líneas, así como una mayor velocidad de grabación.
El termino guiloché también se usa más generalmente para patrones arquitectónicos repetitivos de espirales que se cruzan o se solapan u otras formas, tal como se usaban antiguamente en el Cercano Oriente, la Grecia y la Roma clásicas, la arquitectura neoclásica y la decoración entrelazada en el arte del Medievo Anglosajón, entre otros.
Actualmente, cualquier diseño grabado en metal, impreso o creado de otro modo en superficies como madera o piedra, de un estilo similar, o en líneas con una contorsión continua, o constante, que se entrelazan o parecen entrelazarse, se conoce como guiloché.
Como curiosidad, además de las típicos grabados en metal, principalmente en plata de ley y relojes de bolsillo, plumas de lujo, etc. también se emplea esta técnica impresa en billetes de banco, certificados y papel “especial” para determinados documentos, para proteger los originales de posibles falsificaciones o copias, en este caso, se suelen realizar por medio de ecuaciones paramétricas.
En lo que respecta a nuestra afición, fue un tipo de acabado que se usó para las cachas de navajas pequeñas y cortaplumas en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX y que aún hoy emplean algunas marcas.
Aplicado a las navajas, como la que muestro, consiste en grabar una serie de bandas de dibujos que se repiten a lo largo de la cacha de acero inoxidable, normalmente pulida. Estos dibujos los podríamos calificar de “grecas”, en castellano y también son conocidos en inglés por “engine turned” en referencia a como son grabados.
Lógicamente estas navajas son muy duraderas y sufridas, por el empleo del acero en toda su construcción, aguantando bien la permanencia “in eternis” en los bolsillos y los golpes y los roces de su uso diario, siendo, además, bastante planas ya que no usan separadores o forros de refuerzo al no necesitarlos, aunque, dada su “solidez”, si se usaban múltiples capas por contar con varios utensilios, su peso se hacía notar.
Ya para terminar, quisiera contarles una pequeña historia personal.
Todos los que somos aficionados hemos tenido, en nuestra niñez y adolescencia, una cuchillería en la que “pegábamos” literalmente la frente a su escaparate y nos hacía soñar con “machetes” o “navajas” que llamaban nuestra atención y que constituían, normalmente, sueños inalcanzables…
Pues bien, la mía estaba (y está, aunque ha cambiado de local hace poco, a uno de al lado, situada en la Plaza Mayor de Palencia, en ella compró mi padre el primer cuchillo que yo recuerde compráramos allí, para mi hermano, un Payá, con empuñadura de plástico imitando asta o similar, ya que yo había “heredado” el SEAM, para nuestras primeras salidas al campo y él también quería un cuchillo.
En ella me compró una Aitor “extractora” con las cachas imitando cuerno de búfalo, cuando me iba a incorporar al (Campamento) Ejército de Tierra, que también a él, como cazador y amante del campo que era, le encantaba.
Y en ella, con los años, compré alguna que otra y que otro Aitor más… de hecho, cada vez que voy a Palencia, sigo pasándome por ella y preguntando si ha aparecido “alguna de esas Aitor antiguas”...
El pasado octubre, a comienzos, pasé de nuevo por ella y conversación con el dependiente por medio…
Hablamos de Aitor de “Ermua”, de “Pielcu”, de los de ahora (que no vende), de otras marcas antiguas… de la calidad de antes…
En esta ocasión, no tenían ninguna pieza que realmente me interesara, ya que las Aitor que quedan (que volví a repasar), aunque antiguas, ya que los coleccionistas no paramos, ni paran, son sencillas y/o ya están en la colección, cuando en un momento dado el dueño me dijo:
“Sabe lo que le digo, que hoy no va a comprar ninguna navaja, hoy le voy a dar yo a usted una gratis”, se apartó un instante y se fue a un cajón a buscar una que no me había enseñado, el modelo que estoy presentando.
Le dije que la conocía y que no la tenía, de hecho, sólo tenía hasta ese momento "en guiloché" la Iher que la acompaña en el post, pero que no podía aceptarla gratis y que algo tenía que pagar por ella.
Me volvió a insistir:
“Se la voy a regalar, y sabe por qué, porque no sé ni los años que tiene, ni si la vendería o no, de hecho, la tengo guardada, pero lo que es seguro es que usted como coleccionista, de Aitor, sabrá apreciarla y disfrutará de ella”.
Así es, la aprecio y disfruto de ella sólo con verla, limpiarla, manosearla, etc. (seguro que me entendéis)...
Como aprecio el detalle del vendedor, que estoy seguro también la apreciaba y disfrutaba de ella y del que guardaré siempre un gratísimo recuerdo.
Vamos que volveré a pasar por la tienda, a ver navajas y cuchillos... y a saludarle en cuanto pueda
Y espero que también hayan disfrutado todos de ella, al menos en fotografías.
Muchas gracias por llegar hasta el final y un atento saludo a todos.
Félix