Me gusta mirar la nada,
centrar la vista en un punto,
siempre hay algo donde mirar;
quieto, le digo, pues acabas de llegar.
Así llegaron a mi vida estas dos navajas,
y me gusta verlas,
me gusta tocarlas,
me gusta imaginarlas,
abrirlas y cerrarlas.
Imaginarme al señor A. García y al señor R. Bateman
trabajando en sus talleres. Uno en su Albacete y el otro en su Sheffield.
hace mas de 100 años.
Y me gusta imaginármelos, sentados en un bar,
disfrutando de la charla amiga,
de quien comparte la misma vida,
de sus técnicas y agonías,
de sus ventas e impagos.
De su España e Inglaterra,
tan diferentes, sus herramientas tan parecidas.
Me gusta imaginar todos los tiempos
que estas navajas han pasado,
y las manos que las han tocado...disfrutado.
Todo esto pasa sin suceder
en mi teclado.
Salud y libertad
PD: La foto no es muy buena... pero da lo mismo; se trata de imaginarlas.