Se lo dedico a Ángel, y a todos nuestros amigos de Sevilla, que es la ciudad desde la que más se visita el foro después de Madrid segun Google analytics.
Cualquiera que va a conocer la preciosa ciudad de Sevilla, también se acerca a conocer su Catedral.
y dentro de la catedral se acerca a ver la virgen de los reyes, a sus piés reposa metido en una urna Fernando III el Santo.
La urna es la obra cumbre de la orfebrería sevillana, hecha en plata y plata sobredorada, descansando sobre un lecho de jaspe.
Podemos ver la urna abierta mostrando el cuerpo incorrupto del rey santo.
pero en lo que pocos reparan es que a los pies de la urna, está la legendaria espada lobera, símbolo de su poder
Fernando III de Castilla, llamado «el Santo» (Peleas de Arriba, 1199 -Sevilla, 30 de mayo de 1252), fue rey de Castilla entre 1217 y 1252 y de León entre 1230 y 1252. Hijo de Berenguela, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León, unificó definitivamente durante su reinado las coronas castellana y leonesa, que habían permanecido divididas desde la época de Alfonso VII «el Emperador», quien a su muerte las repartió entre sus hijos, los infantes Sancho y Fernando.
Durante su reinado fueron conquistados, en el marco de la Reconquista, los reinos de Jaén, Córdoba, Sevilla y lo que quedaba del de Badajoz (la Extremadura leonesa), cuya anexión había empezado Alfonso IX, lo que redujo el territorio ibérico en poder de los reinos musulmanes. Al finalizar el reinado de Fernando III, estos únicamente poseían en la Andalucía el Reino de Niebla, Tejada y el Reino de Granada, este último como feudo castellano. El infante Alfonso, futuro Alfonso X, fue enviado por Fernando a la conquista del Reino de Murcia; los moros capitularon y la región quedó como señorío castellano, tras lo cual Alfonso conquistó las plazas de Mula y Cartagena.
El 22 de diciembre de 1248 Fernando III el Santo entraba triunfal en Sevilla, dejando casi concluida la Reconquista. Antes había rendido Córdoba, la que fuera gran capital del califato Omeya, convirtiendo en catedral su ilustre mezquita. Por tantas hazañas contra el musulmán, por su talante piadoso y por mantener la paz con los reinos cristianos, se ganó la santidad este gran monarca castellano.
Aquí podemos ver un bonito cuadro de los varios que hay mostrando al rey moro Axafat , entregando de rodillas las llaves de la ciudad de Sevilla, aún hoy conservadas en la catedral.
Fernando III el Santo es una de las máximas figuras de la historia de España, a la altura incluso de Isabel la Católica. Sus hazañas militares, que le llevaron a proyectar la Reconquista sobre el norte de África, palidecen ante sus virtudes humanas. Aplicó la diplomacia con las taifas moras, evitando la guerra cuando fue posible, fue piadoso en la victoria y respetó bajo su jurisdicción a judíos e islamitas. Fomentó el derecho, el arte y las letras y su reinado nos dejó la construcción de las más grandes catedrales de España: Burgos, Toledo y probablemente León. Su buen juicio preparó el florecimiento que habría de venir con su hijo Alfonso, que con tales mimbres, con razón fue sabio.
Aquí podemos verlo como Rey, con el urbis mundi cristiano en su mano izquierda, y su espada lobera en la derecha.
atribuido a Ignacio de Ries, pintado sobre lienzo , actualmente en el ayuntamiento de Sevilla.
Y en este otro cuadro al óleo pintado por Murillo, siempre con su espada. Catedral de Sevilla, seguramente en las cercanías a su canonización . Con mirada emotiva hacia lo alto, rostro muy luminoso, barba oscura y melena que le llega a los hombros.
Ya en vida, San Fernando fue reconocido por sus contemporáneos como un hombre santo. Y tras su muerte, la situación no cambió. Ya en el siglo XIII, encontramos las primeras imágenes del rey con aura santa sobre su corona. No obstante, hubo que esperar hasta el 29 de mayo de 1655, fecha en que el Papa Alejandro VII le declaró oficialmente Santo, y confirmó el 30 de mayo, fecha de su muerte, como festividad de San Fernando, tras un larguísimo proceso.
según disposición del rey Alfonso X, hijo de Fernando III, desde 1255, cada año, el día 23 de noviembre, en conmemoración de la reconquista de la ciudad de Sevilla en 1248, se saca en procesión la espada en manos del alcalde de la ciudad, que la porta sujeta por la punta, pues sólo un rey puede hacerlo por la empuñadura.
Mientras el concejal más joven porta una réplica del Pendón de San Fernando. En esta procesión, que culmina con un solemne Te Deum ante el altar mayor de la Catedral de Sevilla, el Deán porta bajo palio el relicario que contiene las reliquias de San Clemente, en recuerdo de que en la festividad de dicho santo fue reconquistada la ciudad de Sevilla a los musulmanes.
El origen de su nombre no está muy claro. Se discute si es un nombre propio, o bien es el nombre un tipo de espada llamada así porque se llevaba con una vestimenta llamada loba o bien porque era una espada de caza.
Se cuenta que el rey Fernando III, en su juventud, acudió al monasterio de San Pedro de Cardeña, donde se hallaba el sepulcro del conde castellano y obtuvo su espada. Esta noticia es recogida por el obispo de Pamplona, Prudencio de Sandoval, y por fray Gonzalo de Arredondo. Y así lo dice también Francisco de Berganza en su obra Antigüedades de España sobre la historia del monasterio publicada en 1719:
«estando el Santo Rey para ir á la conquista de Sevilla, determinó llevar la espada y el guión de nuestro conde, confiado en que por estos medios Dios le había de entregar la ciudad de Sevilla y le había de dar victoria contra los moros.»
Como podemos ver son datos tardíos de escritores de los siglos XVII y XVIII por lo que no existe mucho fundamento histórico. Además, se cita que el sepulcro estaba en San Pedro de Cardeña cuando en realidad se encontraba en el monasterio de San Pedro de Arlanza. En los diversos trabajos de restauración de la espada, también ha quedado patente que no puede ser una espada del S. X., si no del XIII, por lo que esto es considerado actualmente una leyenda.
Se trata de una espada de hoja plana y dos filos, que mide 0,854 m de largo y 0,053 m por la parte más ancha, disminuyendo, casi insensiblemente, hasta terminar en punta redonda, con arriaz ( la guarda o cruz) recto, que esta formado por dos piedras poligonales de calcedonia (cuarzo), en su variedad de cornalina ,ceñidas con abrazaderas de plata dorada.
el pomo es de forma discoidal, albergando en su interior dos piezas de cristal de roca.
La espada siempre está de pié sujeta en un expositor, no hay ninguna imagen completa mejor que esta.
El famoso infante y escritor medieval castellano don Juan Manuel cuenta en su Libro de armas como Fernando III, en su lecho de muerte, daba como única herencia al infante don Manuel (padre de don Juan Manuel) dicha espada:
«Fijo, vos sodes el postrero fijo que yo hobe de la Reina Doña Beatriz, que fue muy sancta et muy buena mugier, et sé que vos amaba mucho. Otrosí, mas non vos puedo dar heredat ninguna….. mas dovos la mi espada Lobera, que es cosa de muy grant virtud et con que me fizo Dios a mi mucho bien».