El Museo del Ejército (Toledo). Acero Toledano y Real Fábrica de Armas.
Armas Blancas en Museos 4.
Continúo esta “miniserie” con el
Museo del Ejército (Toledo), y en particular con la
Exposición dedicada al Acero Toledano y a la Real Fábrica de Armas.
Antes de comenzar, como en anteriores ocasiones, pido disculpas por la calidad de las fotografías, tomadas con la cámara del teléfono móvil, sin poder usar flash y a objetos que se encuentran protegidos o situados tras cristales.
Lógicamente, reproduzco aquí el texto explicativo de las cartelas que se sitúan junto a las armas blancas y maqueta en el Museo, para su descripción en aras a un mayor rigor documental.
Acero toledano.
La industria espadera, que hizo mundialmente famosa a la ciudad de Toledo desde época hispanoárabe, se vio lógica y seriamente afectada en el siglo XVII por el perfeccionamiento de las armas de fuego, que relegaron el uso del arma blanca a arma secundaria en los campos de batalla, y por la producción en Francia de piezas de más bajo coste y calidad.
Para evitar la pérdida del “arte de la espadería”, Carlos III decidió crear en Toledo la Real Fábrica de Armas, encargando a Francisco Sabatini (arquitecto nacido en el entonces reino de Nápoles e ingeniero militar que desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional en España, al servicio de la Casa Real, para la que también construyó el Palacio Real de Madrid) el proyecto y la ejecución del edificio, que fue finalizado en 1782.
La Real Fábrica de Armas.
El prestigio de las espadas toledanas se debe a la calidad de los materiales empleados y, sobre todo, a la maestría de sus forjadores que habían conseguido unir dureza y flexibilidad con la decoración más exquisita.
La Real Fábrica de Armas de Toledo siguió esa tradición, produciendo, hasta 1839, las hojas de los modelos reglamentarios para tropa y oficiales, y encargando la mayor parte de las guarniciones y vainas a distintos talleres del norte de España.
Armas joya.
En la Ciudad de Toledo y más en particular, en la Real Fábrica de Armas se elaboraron piezas que conocemos como
“armas a capricho”.
En este apartado se engloban
dos tipologías:
Los
“modelos de fantasía”, piezas reglamentarias en las que se ha modificado el diseño, generalmente de la hoja, apartándolas así del modelo reglamentario.
Las
“armas joya”, armas blancas trabajadas con metales preciosos, pedrería, dorados y damasquinados (tan típicos en Toledo), que se realizaban por encargo para regalar a personalidades ilustres.
Reproducciones históricas.
En la Real Fábrica de Toledo también manufacturaron dagas y cuchillos históricos, destinados al adorno de las salas de armas y de esgrima, tan de moda en los palacios y casas de nobleza del siglo XIX.
Destacan por su alta calidad técnica las dagas de mano izquierda, en cuya elaboración participaron los talleres de grabado, cincelado, dorado, pavonado y damasquinado.
Todas ellas fueron firmadas y fechadas, con la finalidad de dejar constancia de que eran una copia y, de esta forma, evitar posibles fraudes que por lo que sospecho, ya podrían producirse en esas fechas.