Muchas gracias por el buen recibimiento y muy pronto os mandaré algunas armas blancas de mi pequeña colección.
Tengo tres hijos y cuatro nietos, y mi problema es que a nadie de mi familia les gusta las armas; ellos no sienten esa
afición tan grande que nosotros sentimos, y por eso no le dan el valor a las mismas. Me hubiera gustado que alguno de ellos tuviera mi misma afición , pero des afortunadamente no ha sido así, por eso ya he dejado de comprar y solo me consuelo mirándolas de vez en cuando y observando la obra de arte en algunas de ellas. Un cordial saludo, Antonio