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Estamos ante el que, posiblemente, podría ser el cuchillo más famoso de todo el catálogo del artesano norteamericano Randall

 (junto con los modelos 1 y 25).

Su sobrenombre “ATTACK” hace referencia a un verdadero cuchillo “de guerra” o  como se dice actualmente “táctico”, concebido por y para el combate, que se gestó hace ahora la friolera de 62 años…  y va de la mano de otro modelo mítico de la casa, el modelo 15 “AIRMAN”.

Fue en 1.954 cuando Bo Randall recibe una carta firmada por dos pilotos de combate, el teniente coronel H. Ross Jordan y el mayor Harold N. Mehaffey, ambos pilotos del Cuerpo de Marines. Estos militares eran expertos pilotos, curtidos en los combates de las contiendas de la IIGM y Corea. Curiosamente habían leído las bondades de los cuchillos Randall en la revista True Magazine, y querían conocer a fondo la verdadera calidad de las piezas de la marca de Orlando.

 

Además, ambos pilotos habían podido comprobar en combate la necesidad de pilotos y tripulaciones de contar con un buen cuchillo dentro de su equipo de vuelo. Ambos militares buscaban ese “cuchillo ideal” con el que poder equipar a pilotos y tripulaciones del Cuerpo de Marines, y mantuvieron una nutrida relación epistolar con Bo Randall, en la que pusieron de manifiesto sus experiencias e ideas ante este nuevo proyecto cuchillero para aviadores.

 

  

Las especificaciones que ambos pilotos les transmitieron a Bo  concretaban bastantes puntos: Una longitud total no superior a 25 centímetros, una resistencia superior a la de cuchillos convencionales, que permitiese al cuchillo apalancar una escotilla, carlinga o compuerta de una aeronave sin romperse. Además, el cuchillo llevaría una funda que podría permitir llevarse en la pierna, el pecho o en el brazo.

Así las cosas, el 11 de febrero de 1.954  ambos militares visitan el taller de Randall con la clara intención de concretar un modelo de cuchillo “de dotación”.

Como base se toma el modelo 1, manteniendo el grosor de 6 mm de hoja, cambiando la espiga por una “full tang” para darle robustez (tema de palanca, que para los aviadores era muy importante), dotándolo de una guarda mayor (y más gruesa) y una empuñadura “finger grooves” a fín de que pudiera ser utilizado con guantes sin el menor problema.

Básicamente se trataba de hacer un cuchillo “indestructible” que pudiese sobrevivir a cualquier uso por brutal que este fuera, con la clara finalidad de que pudiera ser utilizado de cualquier forma y en cualquier circunstancia.

Con todas estas “restricciones” o condicionantes, se abordó el diseño de las primeras unidades, implementando en la empuñadura un material sintético denominado “Tenite”. El Tenite es un material celuloide de gran resistencia mecánica muy utilizado en la industria. Es el material con el que (en aquellos años) se fabricaban los teléfonos, por ejemplo.

El mango de esas primeras unidades del Randall 14 estaban hechas en Tenite de color verde. Pero este plástico inicial (Tenite) presentó problemas de resistencia mecánica, por lo que 9 años más tarde (1.963) Randall introdujo la micarta, material revolucionario y de extraordinaria resistencia, que permanece hasta hoy día.

Este diseño de cuchillo simplificaba muchísimo la producción del mismo, reduciendo a 3 piezas los componentes del cuchillo: Hoja, Guarda y Empuñadura remachada; y abaratando enormemente el costo final de cada unidad producida.

El resultado de este primer modelo asombró plenamente estos dos aviadores, que quedaron verdaderamente entusiasmados con el resultado, iniciando todos los trámites burocráticos dentro del cuerpo de Marines, para que sus superiores adoptaran el cuchillo de Randall como parte del equipo de dotación de los pilotos.

Las interminables trabas y otras demoras burocráticas hicieron que este modelo jamás equipase oficialmente a los pilotos del cuerpo de Marines, y en 1958 tanto Bo Randall como los dos oficiales desistieron en su empeño. No obstante, desde el año 1954 el modelo 15 Airman se encuentra disponible en el catálogo de la marca, vendiéndose muchísimo desde entonces en grandes cantidades a pilotos militares (de manera particular) así como a pilotos civiles, sportmans, aventureros, coleccionistas, etc…

 

Y el lector de estas líneas se preguntará “¿y qué tiene que ver la historia del modelo 15 Airman con el del 14 Attack que da nombre a este artículo…?”.

Fue tal el éxito comercial del modelo 15 Airman que Bo Randall decidió crear un hermano mayor. Para ello lo único que hizo Randall fue añadir 2 pulgadas más (5 centímetros) al largo total de la hoja, llevándola de los 137 milímetros del modelo 15 a los 187 milímetros del nuevo modelo. O lo que es lo mismo, el Airman  acababa de tener un hermano mayor:  Acababa de nacer, de rebote, el modelo  ATTACK.

Randall asignó el número 14 de su catálogo a este grandísimo cuchillo.

 

Randall 14 y la guerra de Vietnam:

Fue la contienda de Vietnam la que consagró al modelo 14 ATTACK como el cuchillo mítico que es hoy en día, no pudiéndose hablar del Randall 14 sin mencionar la guerra de Vietnam. 

En esta guerra, los pedidos de cuchillos Randall se dispararon alcanzando cotas jamás soñadas por la familia Randall. Para el país asiático partían modelos 1, 14, 15, 16 en grandes cantidades.  Y durante la guerra de Vietnam se gestó el modelo 18 (del que hablaremos en otro artículo). Pero fue el 14 el verdadero Randall de Vietnam, llegándose a pedir a Randall una media de 70 unidades al mes del modelo 14 Attack, que obligaron a Randall a doblar turnos de trabajo y contratar a más personal en su taller a fín de satisfacer la demanda “a tiempo”.  Fue entonces cuando, debido al clima húmedo de Vietnam, se empezaron a solicitar hojas en acero inoxidable.

Fue un cuchillo que se transformó en icónico para las fuerzas especiales que combatían en Vietnam. Un cuchillo extraordinario y absolutamente indestructible, en el que se podría confiar siempre.

Desde Vietnam a Afganistán, el modelo 14 Attack es un verdadero referente y un cuchillo en el que, cualquiera infante que lo tenga en su mano, podría confiar su vida. Una pieza absolutamente intemporal y básica destinada a sobrevivir a la guerra moderna.

 

Francisco Peláez

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