Hoy os quiero enseñar esta navaja que tengo hace poco.
Se trata de una albaceteña de buen tamaño.
Es de carraca, presenta el cabo hecho con pasta de color marrón,
la hoja mide casi 11 cm
Aquí podemos ver el cuño. HERRAIZ. INOX . ALBACETE.
Don José Herráiz estuvo vendiendo navajas en la estación de ferrocarril de Albacete hasta el principio de los 90. Aquí podemos verle en el año 2004 en el patio de su taller .
Los cuchilleros que querían dedicarse a esto tenían que obtener primero un permiso.
Aquí muestro el de D. José Herráiz Verdejo. Apodado en sus primeros años "El nene"
José Herráiz Verdejo, Fati, (1933) fue de casta cuchillera pues sus tíos y abuelo lo fueran. De vendedor de periódicos pasó pronto a ayudar a sus tíos en la fragua familiar y a los 17 se dirigió a la estación con cinto nuevo: fue el más joven de los vendedores. Con 20 años decidió poner taller y tomar iniciativa en su profesión. Llegó a tener en los 60 una pequeña empresa con cinco obreros. Fati estaba multiempleado y simultaneaba ventas en la estación, trabajo en su taller y trabajo de acomodador en un cine. Se especializó en navajas de pistón con adornos en el recazo (sello familiar que Heredó de su tío Miguel). Finalmente consiguió entrar como trabajador en el Ayuntamiento pero sin renunciar a la venta y la artesanía. Así estuvo Fati; vendiendo en los trenes hasta los 90 (el último del que se tenga constancia); con él se extinguió aquel voceo: ¡Navajas de Albacete, cuchillos y llaveritos!
Para llevar la mercancía se hacía con un cinturón, anteriormente se las ingeniaban con una faja apañada lo mejor que podían, ésta que aquí muestro es una donación de D. Martín M. Nieto al Museo de la cuchillería de Albacete. Como véis es de los primeros, 1926, este concretamente iba colgado del cuello .
Las primeras imágenes de cuchilleros con éste medio de porte del género son de aproximadamente 1915. Los elaboraban los
corrioneros de la ciudad (guarnicioneros), con lona y refuerzos de cuero, podían tener entre dos y cinco filas.
En los años 60 -70, debido a los nuevos métodos de fabricación, muchas de las navajas llevaban forros, si el vendedor tenía voluntad y esperanza de vender, el cinto podía oscilar entre los 20 y los 25 kg.
Fue idea de D.José Herráiz sujetar con unos cintos a la espalda , aparte del del cuello para repartir un poco mejor el peso que tenía que soportar estoico el sufrido navajero.
Había mucha competencia en la estación, esta foto de unos lustros antes nos muestra a "El gazpacho, El Raco, y Trabillas.
Espero que os guste.