Las viejas navajas siempre tienen historias que contar… y si se trata de una marinera de Herder…mucho más. En esta oportunidad, nos recuerda la hazaña del corsario alemán Michel, durante la 2da guerra mundial.
Veamos la navaja:
Navaja marinera tradicional, con hoja de punta cortada y punzón desatanudos.
Largo cerrada 120 mm con cachas de hueso texturizado que lucen las marcas que les ha dejado el tiempo, hoja principal de punta cortada – como es habitual en estas navajas - de 90 mm de largo, realizada en acero al carbono, lleva la marca de “F. Herder A. Sn. Solingen” con el cuño de las dos llaves cruzadas en el recazo. Punzón desatanudos en acero al carbono, de 90 mm de largo, con descanso a 90° al igual que la hoja principal. Bolsters, pines, separadores y pasadores de acero al carbono, anilla de bronce, con grabado del tipo antiguo, asegurada por pernos de latón.
Excelentemente confeccionada, como es tradicional en esta vieja firma de Solingen, aún en el día de hoy conserva un “clack” notable, aunque la vida ha dejado sus marcas en ella.
Su fabricación debe pertenecer al período de los años 20 a los 40 del siglo pasado según lo conversado con el amigo Alberto – Ulhdez -, quien también es fan de la marca y agradezco profundamente por su ayuda en la datación.
Van las fotos











Acerca de la firma Herder ya se ha hablado mucho en el foro, pero siempre es bueno recordar una de las firmas más antiguas y afamadas de Solingen:
Friedrich Herder Abraham Sohn es una de las cuchillerías alemanas más antiguas. Sus raíces pueden encontrarse en 1623 cuando Arndt, Jürgen y Wilhelm Herder comenzaron a fabricar cuchillos en Geylenbergh, durante la guerra de los 30 años. Luego Peter Herder registró el “As de picas” como su marca en 1727. Para 1781, los Herder giraban bajo la razón social “Johann Abr. Herder & Sohne en Ober-Pilghausen. Friedrich Herder registró la empresa como Friedrich Herder Abr. Sohn en 1840 y recibió la autorización para utilizar el cuño con las dos llaves cruzadas en 1848 y la firma fue ingresada en el registro de Solingen en 1888.
La firma fabricó una gran cantidad de armas blancas en 1870/80, incluídas bayonetas para Inglaterra y para el Imperio Austro-Húngaro.
Friedrich Herder falleció en 1887 y Gustav Weyersberg - que era el esposo de su hija mayor - comenzó a gerenciar los negocios en rápido crecimiento. En 1898 se estableció un depósito en Buenos Aires para aprovechar el crecimiento de la demanda sudamericana, a la vez que se intensificaban los negocios con Holanda y sus colonias.
Entre 1914/28 figuran como propietarios de la firma Gustav Weyersberg, Carl Weyersberg y Hermann Bick. Posteriormente en los años 1930/39 la empresa estaba en manos de Helene Weyersberg y Hermann Bick.
A lo largo de los años registraron una gran cantidad de marcas: “Constant”, “Contador”, “Don Carlos”, “La Perla”, “Fortuna” y otro de los cuños registrado en 1895 era un candelabro con cuatro velas.





Durante el período del 3er Reich Herder fabricó gran cantidad de dagas para las SA y para el SS, algunas de las cuales con el símbolo de las llaves cruzadas.
El nombre Herder es muy común entre los cuchilleros de Solingen, existen o existieron también otras firmas tales como: Carl Herder, Daniel Herder, Elías Herder, Otto Herder, entre las cuales las más conocidas serían : Richard Abr. Herder y Robert Herder. Por eso en alguna publicidad F. Herder anuncia que es "el Herder más viejo" o el más viejo de los Herder, para marcar su antigua data en la fabricación de cuchillos.
La firma cesó de producir en los años 90 y fue declarada insolvente en 1993. Sin embargo, las marcas, maquinarias y gran parte del remanente de stock de piezas fueron compradas en 1995 por un antiguo gerente de la firma – Hans-Joachim Rollecke.



Espero que les haya gustado, y mañana arrancamos con la historia.
Un saludo.

Preciosa veterana !

Dai-Katana escribió:
Mil gracias por pasarte Manuel!! y además dejar como siempre la amabilidad de tus comentarios. Me alegra que te haya gustado la veterana, aunque tratándose de una pieza de un fabricante como Herder estaba asegurado que así sería!!
Un gran abrazo!!

Aprovecho la oportunidad para comenzar con la historia del "Michel" y estoy seguro que también te gustará

En setiembre de 1939, cuando las tropas alemanas conquistaron Polonia en una campaña relámpago que duró diecisiete días, encontraron en el puerto de Dantzig, todavía en grada, un buque de 4740 toneladas que habría de llamarse “Bielsko”, el cual fue terminado de construír por los alemanes, no sin haber sufrido bastantes modificaciones y convertido después en crucero auxiliar.



Toda la experiencia recogida en los primeros corsarios fue aprovechada en este buque, que se armó de una manera parecida a los que le precedieron con 6 piezas del 152 mm, una de 105 mm montada bien visible a popa, al estilo de los barcos mercantes aliados, seis tubos lanzatorpedos de 533 mm, cañones antiaéreos de 37 mm y ametralladoras de 20 mm.
También llevaba dos hidroaviones y una lancha torpedera que andaba a 40 nudos.
Los mástiles no sólo podían acortarse y alargarse, sino también desplazarse hacia proa o popa, al igual que los palos de carga. Otro tanto se hacía con la chimenea que podía aumentar su volumen y también acercarse más o menos al puente y llevaba un dispositivo para generar humo artificial de tal manera que el Michel pareciera un inocente carguero movido a carbón, en lugar de una rápida motonave con motores diésel.
Interiormente se le habían colocado trece mamparos adicionales y para facilitar la misión de los equipos contraincendios y seguridad, un pasillo corría a lo largo de todo el barco, provisto de las correspondientes puertas estancas – de una manera semejante a un buque de guerra.
También se le había provisto de un radar, un anti-radar y un equipo de hidrófonos.
Se le dio el mando del “buque 28” al capitán de navío de la reserva naval Hellmuth von Ruckteschell, que ya había mandado el Widder en 1940, y más de la mitad de cuya dotación embarcó en el nuevo corsario.




Los comandantes de los cruceros auxiliares alemanes tenían la prerrogativa de poner a sus buques el nombre que desearan una vez que hubieran conseguido romper el bloqueo, y Ruckteschell decidió llamar al suyo Michel. Pero al Alto Mando de la Kriegsmarine no le pareció un nombre suficientemente serio para un corsario y surgieron ciertas dificultades.

El capitán Ruckteschell en su época de teniente al comienzo de la IGM



Entonces, el comandante del crucero auxiliar amenazó con llamarlo Goetz von Berlinchingen, quien durante la “guerra de los campesinos” mandó un ejército rebelde en el ducado de Suabia de casi 300000 hombres, a los que después traicionaría, logrando entonces su propósito.
Dado el enorme incremento de las fuerzas aéreas y navales de los aliados en marzo de 1942, la salida de un crucero auxiliar alemán a la mar libre se presentaba un tanto complicada. Y después de un concienzudo estudio, el Mando naval decidió que el Michel pasaría a través del Canal de la Mancha. Como quien dice, acababan de pasar por este paso los cruceros de batalla alemanes de 32000 toneladas Scharnhorst y Gneisenau y el crucero de 14670 toneladas Prinz Eugen con una fuerte escolta de destructores y aviones y era de esperar que los británicos hubieran tomado medidas para impedir que algo así no volviera a ocurrir.

La parte más estrecha del canal, el paso de Calais, se hallaba batida por formidables baterías costeras que arrojaban proyectiles de hasta 900 kg de peso, dirigidos por equipos de radar, para los que no existían la oscuridad ni la niebla, y estaba rodeado por aeródromos de la RAF, cuyos aviones podían volar sobre cualquier corsario en cuestión de minutos y los puertos próximos se hallaban atestados de lanchas torpederas y patrulleros. En fin, un bonito programa ante el que cualquier otro que no fuera Ruckteschell se habría desanimado. El ya se había visto en peores situaciones durante la Gran Guerra y había sabido afrontarlas con éxito. Navegaría de noche, bien pegado a la costa francesa y escoltado por torpederos y dragaminas. Su apariencia no sería la de un buque corsario, puesto que entonces los británicos concentrarían sobre él todos sus esfuerzos destructivos.

Los convoyes alemanes que a duras penas y no sin pérdidas cruzaban el canal de la Mancha, iban invariablemente precedidos por dragaminas ordinarios capaces de seccionar los cables de amarre de las minas enemigas y también por un buque especial que los germanos denominaban Sperrbrecher, un gigantesco electroimán flotante provisto de gruesas bobinas interiores y potentes dínamos, que creaban un intenso campo magnético capaz de hacer saltar por su proa las minas magnéticas que pudieran existir en su camino.

Pues bien, Von Ruckteschell decidió disfrazar el corsario de rompeminas y al Sperrbrecher de corsario, pintándolo de gris e instalándose unos ostentosos cañones de madera.
Por otra parte, se embarcó a bordo de los torpederos un equipo especial de descriptadores, cuya misión sería la de averiguar la clave del cifrado de las comunicaciones entre los buques británicos, la que los alemanes sabían era cambiada diariamente a la medianoche. Lo que los ingleses no podían imaginar es que aquellos hombres trabajarían tan rápida y eficazmente que poco mas allá de una hora después de la medianoche del primer día de salida del Michel, ya tenían todo el código secreto enemigo en sus manos, lo que sería de gran importancia en las acciones que siguieron.
Por fin, después de todos estos preparativos, el Michel se hizo a la mar en la tarde del 13 marzo de 1942 desde Flushing en el Escalda, escoltado por cinco torpederos, nueve dragaminas y un Sperrbrecher. La navegación transcurrió sin novedad hasta la medianoche en que varias minas británicas barridas por los dragaminas hicieron explosión.

El Michel y su escolta ya habían sido detectados navegando a lo largo de la costa holandesa y los británicos alertaron a seis lanchas rápidas y tres fragatas, que tan pronto salieron fueron centradas por el fuego de las baterías alemanas del otro lado del canal, resultando averiadas tres unidades, que se vieron obligadas a regresar a puerto.
Desde los buques alemanes se avistó a las cuatro de la mañana la pálida estela de un torpedo que se pudo esquivar, al mismo tiempo que un proyectil iluminante hacía explosión sobre ellos en las alturas. La luz se reflejaba sobre los cascos grises de los pequeños torpederos que se destacaban claramente sobre las oscuras aguas con sus rodas bordeadas de blanca espuma.

Poco después, atacaban las lanchas torpederas británicas y los dragaminas alemanes de vanguardia comenzaron a disparar iluminantes. Todo el convoy cambió simultáneamente de rumbo hacia la costa, al mismo tiempo que una granizada de proyectiles trazadores partía desde los torpederos alemanes de 800 toneladas. Una de las lanchas atacantes fue alcanzada produciéndose en ella un fuerte incendio , también se observaron impactos en otras dos.
El ataque fracasó, y el convoy volvió a rumbo, pero los buques alemanes fueron seguidos a distancia y durante bastante tiempo por una de las fragatas inglesas, disparando intermitentemente.
Media hora después empezaron a estallar minas alrededor del convoy, pero sin causar daños. Seguidamente, como se temían los germanos entraron en acción cinco destructores británicos.

Estos barcos se aproximaron disparando hasta quedar a casi una milla de distancia, y los alemanes replicaron inmediatamente, alcanzando al Windsor, un destructor inglés de 1040 toneladas convertido en buque de escolta, y al Fernie, otro buque de escolta de 900 toneladas.
No hicieron mayor efecto los proyectiles ingleses, aunque caían por todas partes, y poco después, ante el tiro violento de los torpederos y dragaminas alemanes, los británicos decidieron retirarse en una cortina de humo.
Comenzaba a clarear, la noche había sido bastante movida, pero el Michel se hallaba intacto. Los esfuerzos británicos se habían dirigido casi siempre sobre el fingido corsario, pero ante la bien organizada defensa, fracasaron en sus ataques.

Horas más tarde, ganaba el corsario El Havre y días después el estuario del Gironda, de donde zarpaba el 20 de marzo rumbo al Atlántico, siguiendo escrupulosamente una derrota señalada previamente por el Alto Mando.

Continuará,
Un saludo

Magnífico post amigo Juan. Un gran placer volver a leer uno de tus post, estos días repasaré los de las últimas semanas, seguro que me he perdido algunos buenos. Una navaja preciosa, muy entera, y gracias a tí bien situada en su época. Ayer estuve en la feria de militaría de Madrid. Ojalá hubiera encontrado algo así.

rojocaecae escribió:
Siempre es un gusto recibir tu visita y comentarios siempre estimulantes César!! Sabía que esta Herder no pasaría desapercibida para tí, que eres un adepto a los buenos filos!! Lástima que no hayas podido encontrar nada en la feria de Madrid - que supongo debe ser extensa!! Esta navaja la ubiqué hace un par de meses en una plataforma electrónica local, aquí en Montevideo, con gran alegría de mi parte, por cierto!!

Un gran abrazo!!

Aquí, la marinera de F. Herder acompaña una imagen del "Michel"




Y ya continúo con otro tramo de la historia:

Sin novedad llegó el Michel al ecuador, situándose sobre la zona comprendida entre ésta línea y el paralelo de los 15° de latitud sur, donde habría de operar durante algún tiempo.
Antes de comenzar su guerra al tráfico, el corsario se abasteció del buque nodriza Schliemann – que llevaba el apellido del descubridor de las ruinas de Troya - .
El día 19 de abril, el Michel hacía su primera presa, el buque británico Patella de 7460 toneladas, al que se echó a pique luego de recoger a sus tripulantes.

El "Patella"



A la mañana siguiente, se descubrían sobre el horizonte las extremidades de los mástiles de otro barco, al que se siguió durante todo el día. Al caer la noche, el corsario paró las máquinas y arrió al agua la lancha torpedera de 62 toneladas que llevaba a bordo. Ésta, mandada por el teniente de navío Otto Krink, se alejó pronto a más de 20 nudos, desapareciendo en la noche, mientras el Michel reanudaba su navegación.

Krink conocía ya perfectamente el rumbo y la velocidad del buque avistado y que no en vano se había perseguido durante las últimas horas y había calculado sobre una “rosa de maniobras” los rumbos y velocidades que tendría que tendría que hacer él con su lancha para adelantarle sin ser visto ni oído y quedar después sobre su derrota.
Dos horas y media después de navegar sin incidencias les llevaron, dando un buen rodeo, a la posición deseada y una vez en ella Krink paró los tres motores de la embarcación y se dispuso a esperar.
El pequeño buque se balanceaba suavemente entre las tinieblas sobre la inmensidad del océano, y su comandante calculó que faltarían todavía unos 20 minutos para que el barco enemigo se acercara.
Krink se encontraba en el reducido puente de la nave, cuando al cabo de un buen rato de absoluto silencio, el contramaestre se volvió hacia él y dijo en voz baja:
- Ahí está, mi comandante!!
Si, ya lo veo, respondió Krink , mande abrir las portas y quitar los seguros, dispararemos con aire.
Una masa oscura se acercaba a buena distancia todavía, y el alemán calculó, después de una atenta observación, que pasaría a unos dos mil metros por su proa.

Mandó arrancar el motor principal para acercarse lentamente y situar su buque en una posición normal a la derrota del que venía. La mole parecía bastante grande y supuso que se trataría de un buque de unas 10000 toneladas.
Cuando los dos trazos rojos del visor de tiro se unieron formando una sola línea vertical el mecanismo le advertía que estaban en posición de fuego. Krink, sin mover más que el pulgar de la mano izquierda, oprimió un botón y la lancha trepidó por dos veces consecutivas cuando dos torpedos, con un par de segundos de intervalo, saltaron al agua impulsados por el aire comprimido.

Después todo quedó en silencio, pues a aquella velocidad el motor apenas murmuraba, Krink lo mandó parar y siguió las estelas de los peces metálicos hasta que dejaron de verse. Después clavó sus prismáticos sobre el blanco.
Bruscamente, las tinieblas fueron rasgadas por una intensa llamarada rojiza, a la que se acompañó un obelisco de agua que se desplomó lentamente, casi en la mitad del buque atacado y segundos después llegaban por el aire dos estampidos graves.
Algunas millas más atrás, el Michel cerraba distancias a toda máquina. En el puente, y aunque aparentemente permaneciera impasible, Ruckteschell se impacientaba. Después, casi por la misma proa del corsario, surgieron en la distancia dos resplandores seguidos por otras tantas detonaciones que el aire tardó bastante en transmitir…. Buen trabajo!! Murmuró Ruckteschell.

- Decía algo, mi comandante? Preguntó el oficial de guardia
Mande usted alistar todos los botes y los proyectores, el médico que vaya a la enfermería, los serviolas que estén atentos y no se distraigan. La lancha será lo último que recojamos, ordenó el comandante.
El buque torpedeado y que se iba rápidamente a pique era el norteamericano “Connecticut” de 8700 toneladas que se dirigía a Ciudad del Cabo, y la primera noticia que tuvieron sus tripulantes de que los rondaba el peligro fue la formidable explosión de los torpedos alemanes bajo su línea de flotación. El barco comenzó a escorar fuertemente y se pusieron precipitadamente los botes en el agua, siendo más tarde recogidos sus hombres por el Michel.



El "Connecticut" se hundió el 23 de abril de 1942



Continuará...

Continuando con la aventura del Michel:

Pero si el primer ataque de la lancha del Michel constituyó un éxito para los alemanes, el efectuado pocos días después sobre el buque británico de 10000 toneladas “Menelaus” fracasó rotundamente. Cuando se le atacó por primera vez durante la noche, los torpedos fallaron el blanco debido al pésimo estado de la mar, sobre la cual la torpedera se movía violentamente y era imposible mantener un rumbo estable.
La lancha regresó junto al corsario, siendo izada a bordo, pero cuando a la mañana siguiente se inició la caza del buque inglés, resultó que andaba a mas velocidad que el Michel, se hallaba en el límite de su alcance artillero y no quiso detenerse. Se le cañoneó inútilmente y se puso otra vez la lancha en el agua, pero una vez más los torpedos volvieron a errar el blanco, con gran disgusto de Ruckteschell y finalmente a las siete y media de la mañana se abandonó la persecución, recogiéndose la torpedera y alejándose de allí, pues el Menelaus no había dejado de transmitir pidiendo socorro durante toda la acción.

El Menelaus, que escapó del Michel, terminó siendo desguazado en 1952.



El día 8 de mayo, el Michel transfirió sus prisioneros al Schliemann y el 20 hundía al carguero noruego Kattegat – de 4250 toneladas – que no alcanzó a lanzar señal radiotelegráfica alguna.
En la noche del 6 de junio, el buque norteamericano “George Clymer” (7200 ton. del tipo Liberty Ship) era alcanzado por dos torpedos lanzados por la lancha del Michel. Este barco quedó gravemente averiado, pero no se fue a pique, y comenzó a transmitir una llamada de socorro que fue recibida por las estaciones de El Cabo, desde donde se les comunicó que un crucero británico acudía inmediatamente en su auxilio, entonces von Ruckteschell tomó una decisión audaz.



Sabiendo a través del servicio de información en Berlín, que en aquel tiempo sólo existían en El Cabo cruceros ligeros anticuados, decidió tender una celada al que acudiese – fuera quien fuese, para echarlo a pique por sorpresa.
Planeó mantenerse por debajo del horizonte del Clymer, para cuando el crucero enemigo estuviese junto al carguero americano, dirigirse hacia él fingiendo ser un buque británico que acudía también en auxilio, y tan cerca como pudiera aproximarse, izar bandera, lanzar sus torpedos y hacer un pródigo uso de la artillería.

Este plan retrata a Ruckteschell, porque no cabe duda de que para poner en práctica un plan semejante hace falta un valor casi temerario. Sin embargo cuando lo llevó a cabo, dirigiéndose a toda máquina al lugar donde se suponía se hallaba el Clymer, ya había estado allí el crucero auxiliar británico “Alcántara” – el mismo que ya vimos combatir con el corsario alemán Thor hace dos años. Clickear aquí

Ante la imposibilidad de dar remolque al Clymer, debido a su estado, se le había echado a pique tomando a bordo a sus tripulantes y arrumbando a Ciudad de El Cabo.
Cuando el Michel llegó – una hora después – del Alcántara solamente se podían distinguir las extremidades de sus mástiles emergiendo sobre la línea del horizonte. Rucketschell había aguardado sesenta minutos más de lo debido, un pequeño error dadas las circunstancias, pero que aquella vez fue suficiente para dar al traste con su audaz proyecto.

Una semana más tarde, el Michel hundía al carguero británico Lylepark de 5200 toneladas despachado de N. York para El Cabo con material de guerra, en el que se declaró un fuerte incendio, por lo que se debieron recoger 22 tripulantes, algunos otros, entre los que se encontraba su capitán, se escondieron entre los restos del naufragio, teniendo la suerte de ser recogidos después por un portaaviones de escolta británico (aunque tuvieron que pasar una pequeña odisea posteriormente).

Algunos días después del hundimiento del Lylepark, se reunía el corsario con el Schliemann, y más tarde transbordaba sus prisioneros al Doggerbank (una presa del Atlantis), dirigiéndose a continuación hacia el golfo de Guinea para operar sobre una derrota impuesta por el Almirantazgo Británico a sus buques para evitar las zonas donde solían actuar los submarinos alemanes.

En las proximidades de la isla Ascención, hundía el 15 de junio durante la noche, al paquebote británico Gloucester Castle – de 8000 toneladas – que se fue a pique rápidamente, pudiendo salvarse a duras penas sesenta y un tripulantes y pasajeros.

El Gloucester Castle, buque botado en 1911, que durante la 1GM fuera torpedeado por un submarino alemán, volviendo a ser reflotado.




Al día siguiente caía el petrolero norteamericano William T. Humprey, de 7980 toneladas, y al otro día al noruego Aramis – también petrolero.
Veinticuatro mil toneladas en tres días era una cifra muy buena para los alemanes, especialmente por los petroleros, de quienes dependían las fuerzas navales y aéreas de Gran Bretaña para su funcionamiento.
Los prisioneros de estos barcos fueron transbordados, días más tarde al Schliemann y después von Ruckteschell cambiaba impresiones con el capitán de fragata Gerlach, comandante del corsario Stier – el último buque de esta clase que pudo salir de Alemania.

Un mes después, se dirigió hacia el sur, y en las proximidades de Santa Elena – la isla donde fue a parar Napoleón en el destierro – el Michel hundía el 11 de agosto al carguero británico Arabistan de 5800 toneladas despachado de El Cabo para Puerto España en Trinidad y Tobago.
Como por entonces los dos únicos corsarios alemanes que operaban sobre el mar eran el Michel y el Stier (puesto que el Thor se hallaba en tránsito hacia el Japón), el primero recibió órdenes de pasar al océano Indico, debiendo permanecer el segundo en el Atlántico.

Antes de doblar el cabo Agujas, el Michel detuvo y hundió al carguero norteamericano American Leader un buque de 6800 toneladas, recién salido de los astilleros de Newport.
Después dobló la extremidad del continente negro tomándose un buen resguardo, pero una vez alcanzado el Índico, recibió nuevas órdenes de volver al Atlántico con el fin de reunirse con un petrolero alemán, hundiendo en el camino al buque británico Empire Dawn de 7250 toneladas.

Vamos llegando al final de esta aventura, que concluye mañana...
Un saludo

Bueno, ya vamos dando las puntadas finales a esta historia:

Once días después, es decir el 22 de setiembre, transbordaba sus prisioneros al Tannenfels, que había zarpado de Yokohama el 8 de agosto con mercaderías estratégicas y que alcanzaría Burdeos el 2 de noviembre. Al día siguiente, el corsario tomaba petróleo del Uckermark, del que recibía también algunos torpedos y seguidamente volvía al océano Índico.
El 28 de setiembre, la radio del Michel recogía un mensaje de socorro procedente del corsario alemán Stier que había resultado averiado, seguido de otro poco después señalando que se había ido a pique y que sus tripulantes habían sido rescatados por un barco alemán.

Los meses de octubre y noviembre transcurrieron inútilmente para el crucero germano. Habiéndose recibido órdenes desde Berlín para dar una batida por el océano Antártico a la caza de balleneros, Ruckteschell insistió en que fueran revocadas por considerar que a semejantes alturas los aliados no se dejarían sorprender nuevamente, consiguiendo que se le permitiera continuar operando en el Índico.

El 11 de diciembre la suerte pareció cambiar por completo . Ese día el buque alemán echaba a pique tres cargueros enemigos con un desplazamiento total de 16000 toneladas. Estos eran : el Reynolds, británico; el Sawokla norteamericano y el griego Eugenia Livianos, todos sobre la derrota de Australia a El Cabo.

Aunque para los tripulantes del Michel era ya casi verano, llegaba el invierno en el hemisferio septentrional, con los días cortos, las noches largas, el mal tiempo y la visibilidad escasa, o sea las condiciones que debían aprovechar para regresar a Alemania. Desde Berlín se recibieron órdenes en tal sentido, por lo que, dando un resguardo al cabo de Buena Esperanza, el Michel pasó nuevamente al Atlántico, donde el 27 de diciembre sorprendía casualmente al buque británico Empire March, que navegaba de Durban a Trinidad por una derrota cuidadamente estudiada por el Almirantazgo, pero que la fatalidad quiso que se cruzase con el corsario, que lo echó a pique.




Después, fue una gran contrariedad para los tripulantes del Michel, que estaban seguros de poder alcanzar Alemania dada la gran suerte que siempre parecía haber acompañado a von Ruckteschell y su barco, porque cuando ya se encontraban a la altura de Santa Elena se recibió un radio desde Berlin ordenándoles dirigirse al Japón. La palabra “maldición” se podía oír a bordo del Michel en todos los rincones.
Sin embargo, la medida, por desagradable que pudiera resultar para los hombres, estaba plenamente justificada, porque en los albores de 1943 resultaba muy difícil perforar el dispositivo de vigilancia e interceptación adoptado delante de Europa por Gran Bretaña y los Estados Unidos.

Aunque todavía el 2, el 3 y el 7 de noviembre de 1942 alcanzasen respectivamente Burdeos los buques alemanes Tannenfels, Dresden y Kulmerland – forzando el bloqueo – procedentes de Yokohama y Dairen. Sin embargo, el 23 de noviembre era hundido el Ramsés procedente de Kobe, y el 2 de enero de 1943 se iba a pique el Rachotis.
Esto demostró al alto mando germano lo peligroso que resultaría hacer volver al Michel a Alemania, y esta suposición quedó plenamente confirmada posteriormente con el hundimiento del Hohenfriedberg, el Karin y el Regensburg, en el transcurso de la “guerra del caucho” (cuya última batalla se dio el 27 de diciembre, cuando un grupo de cruceros y destructores ingleses hundió al Asterufer, que era seguido por un grupo de destructores alemanes – de los cuales el pequeño Z 24 decidió enfrentar solo a los cruceros británicos para proteger al resto de la flotilla, yéndose a pique cubierto de gloria con la bandera bien arriba) No hace falta explicar que el caucho era vital para el esfuerzo de guerra alemán.
A respecto de esto último, les copio una información que surgió hace un par de meses, comentado en publicaciones brasileñas y rioplatenses:


Investigadores de la Universidad Federal de Ceará (UFC) y la Universidad Federal de Alagoas (Ufal) develaron el misterio de las cajas con leyendas en japonés que en agosto último aparecieron en las playas de Bahía, Alagoas y Sergipe.

El oceanógrafo Carlos Teixeira, quien es investigador del Instituto de Ciencias Marinas de la UFC (Labomar), explicó en declaraciones al portal noticioso G1 que las misteriosas cajas son fardos de goma provenientes de un barco nazi, el MV Weserland.

A principios de este año, el equipo de Teixeira había revelado que otras "cajas misteriosas" que aparecieron en las playas del noreste de Brasil en 2018 eran fardos de goma que se habían desprendido de otro barco alemán, el SS Rio Grande, hundido por la armada estadounidense frente a las costas de Brasil en Enero de 1944.

Según Teixeira, es investigador del Instituto de Ciencias Marinas de la UFC (Labomar), el material habría permanecido en el mar durante los últimos 77 años.

Desde 2018 estos fardos han ido apareciendo en algunas playas. A priori, los investigadores de Labomar supusieron que podrían ser los fardos de SS Rio Grande, que siguen apareciendo en algunas playas de la región.




Sin embargo, según Carlos Teixeira, dos cosas les hicieron cambiar de hipótesis: la enorme cantidad de fardos reportados (más de 200) y el hecho de que algunos de ellos contenían inscripciones grabadas con ideogramas japoneses kanji, algo que no se veía en los hallazgos anteriores.

Los investigadores sospecharon entonces que esos fardos podrían tener otro origen y provenir de una segunda “fuga”.

“Estas inscripciones en japonés no habían aparecido hasta entonces. Esto nos llevó a la sospecha de que podría ser otro barco ”, explicó el profesor Luís Ernesto Arruda en declaraciones al citado medio.



“Descubrimos que era otro barco por la cantidad, porque había muchos fardos y eso nos llamó la atención. No podía ser de Rio Grande, encontrado en 2018, porque eran demasiados fardos”, agregó.

Para el equipo de Labomar, ese misterioso incremento del flujo de hallazgos indicaba que podría haber piratas manipulando los restos del naufragio en un intento por recuperar el cargamento, hecho que fue confirmado por David Mearns, investigador británico que trabaja en esta zona, y que se puso en contacto con los investigadores brasileños.


Luego de acceder a toda la información, se realizó una modelación matemática que mostró que si los bultos salían del lugar del naufragio del MV Weserland (sitio conocido), las corrientes los llevarían directamente a los puntos donde se hallaron, en la costa de los estados de Bahía, Sergipe y Alagoas. Con ello se confirmó la hipótesis de que las pacas que aparecieron en agosto pertenecen a ese barco.

¿Por qué ahora?

Para los investigadores resultaba descabellado que un grupo de piratas invirtiera dinero, tiempo, esfuerzo y riesgo para apoderarse de unos cuantos paquetes de caucho. Pero la ecuación cambia si se tiene en cuenta que el navío también transportaba una buena cargade estaño

“Comprobamos que el precio del estaño se triplicó entre finales de 2020 y principios de 2021. Pasó de 13.000 a 34.000 dólares en la Bolsa de Valores de Londres. Es el producto más prometedor en esa plaza financiera”, expresó Arruda.

Según los investigadores, el barco nazi MV Weserland fue hundido por el destructor de la Armada estadounidense USS Sommers en enero de 1944, pocos días después de que el SS Rio Grande tuviera el mismo destino: el fondo del Océano Atlántico.

“Colaboraron en el esfuerzo bélico alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Eran barcos mercantes, éste fue construido en 1922 y durante la guerra fue usado por el gobierno alemán para transportar mercancías que serían utilizadas en el esfuerzo bélico nazi ”, contó Arruda.

Ambos buques tenían similares características y ambos llevaban caucho proveniente del sudeste asiático (por entonces bajo dominio japonés) rumbo a Alemania. Además, transportaban metales nobles que décadas después llegarían a valer mucho dinero. En el caso del SS Rio Grande la carga era de cobalto, mientras que el MV Weserland transportaba estaño.

Arruda explicó que los cargueros alemanes atravesaban el Océano Índico y luego seguían una peligrosa ruta por el Atlántico, que pasaba “a unos 2.000 kilómetros al este de Salvador de Bahía”.

Personalmente no estoy seguro que se trate de la acción de "piratas", dada la profundidad a que están hundidos los buques. Mas bien pienso que después de casi 80 años los cascos carcomidos han liberado parte de sus cargas y las corrientes marinas los han llevado a la costa.
El árbol del caucho es originario de la cuenca del Amazonas, donde se produjo "la fiebre del caucho" a fines del S XIX y principios del S XX, hasta que los ingleses robaran ilegalmente semillas de caucho para llevarlas y plantarlas en Malasia y Birmania, decayendo la producción en América, hasta que los japoneses se apoderaron de esos territorios, en la IIGM. Tengo una pequeña historia sobre este acontecimiento, para presentar en algún momento con una navaja adecuada.

Después de esta breve digresión, continúo....



El 7 de febrero el Michel llegaba a Batavia, y tras tomar a bordo al práctico japonés entraba a puerto, donde todavía se podían observar infinidad de buques aliados medio hundidos.
Como Ruckteschell recibió informes de que el mar de Java se hallaba infestado de submarinos norteamericanos, utilizó la lancha torpedera como escolta antisubmarina, navegando a toda marcha haciendo zigzag y lanzando periódicamente al agua explosivos preparados, simulando cargas de profundidad.

Después de hacer escala en Singapur, el Michel arribaba a Kobe en marzo, siendo recibidos sus tripulantes por el agregado naval alemán – almirante Wenneker (comandante del acorazado Deutschland durante su primer raid) y por Gumprich, el antiguo comandante del corsario Thor.

El Michel pasó a los astilleros Mitsubishi a fin de efectuar una serie de reparaciones necesarias para hacerse nuevamente a la mar, pero antes de que terminasen, von Ruckteschell cayó enfermo, siendo trasladado a un hospital de Pekín, porque ya habían comenzado los bombardeos americanos sobre Tokio (aviones lanzados desde el portaaviones Hornet).

Por lo tanto, el mando del Michel recayó en Gumprich, para su segundo raid….pero eso ya es otra historia.
Von Ruckteschell permaneció en Extremo Oriente hasta la terminación de la contienda, imposibilitado de regresar a su patria debido al estado de la guerra, y luego enviado a un campo de prisioneros en Kobe . Con el Michel había hundido o capturado dieciséis buques enemigos, totalizando 104000 toneladas de registro, que sumadas a las que consiguiera anteriormente con el Widder, hacían un total de 171000 toneladas, resultando por lo tanto el comandante de corsarios alemanes de superficie de cualquier clase que más daño hiciera al tráfico aliado en las dos últimas guerras mundiales.

El capitán Ruckteschell en sus últimos años



Los ingleses tomaron buena nota de ello, y al final de la guerra lo sometieron a juicio, falleciendo en la prisión de Hamburgo en 1948, justamente poco después de que le informaran que sería puesto en libertad, debido a su afección cardíaca.
Fin

Espero que haya resultado de vuestro agrado,
Un saludo

PD: Para honrar la memoria de la tripulación del Michel, del capitán Ruckteschell y también de los buques hundidos, justamente en un día como el de hoy, corresponde un tema musical a tono: el Requiem de Mozart.



Además, en un día tan especial como este 2 de noviembre, quisiera dedicarle un recuerdo también al capitán Terreno, que fuera mi jefe en el departamento de Ingeniería de una gran planta industrial uruguaya, mi primer empleo.
El capitán era un gran contador de historias – algunas de las cuales he compartido en el Foro – que había vivido en su juventud, siendo Jefe de máquinas en varios buques de la Armada uruguaya.
Vaya entonces el saludo para don Carlos, dondequiera que esté!!

La versión completa del Requiem, que considero la mejor ejecutada, para los melómanos del foro.



https://www.subrayado.com.uy/aparecio-cargamento-caucho-costas-rocha-investigan-si-es-barco-aleman-hundido-1944-n890484

Clickear aquí

Excelente navaja (esas cachas de hueso son sensacionales) y excelente relato, que he leído con la misma fruición con que en la infancia leía aquellos "tebeos" de "Historias Bélicas". Muchísimas gracias por compartir, siempre nos presentas filos destacables y lecturas exquisitas (por no hablar de las bandas sonoras que a veces adicionas).

Guayo escribió:
Muchísimas gracias por pasarte y comentar Eduardo!! Me alegra mucho que te haya gustado esta marinera muy bien vestida - como tu dices - y además hayas disfrutado de la aventura del Michel!!
Un gran abrazo!!!

El capitán Ruckteschell junto a su primer oficial

Impresionante relato histórico Juan, da verdadero gusto leerte compañero.
En referencia a la navaja, es una maravilla que queda indefectiblemente eclipsada por tu capacidad narrativa.
Mi más sincera enhorabuena.

CLASIFICADOR 1 escribió:
Mil gracias por pasarte y dejar tus comentarios tan estimulantes Carlos!!!! Me alegra mucho que todo haya resultado de tu agrado, tanto la navaja como la historia.
Un gran abrazo!!

Querido amigo Juan, maestro:

Y nunca mejor dicho lo de maestro, pues si la navaja fue obra de uno, tú relato me ha dejado impresionado, es magnífico, detallado, extenso, interesante, etc, etc.

Muchísimas gracias por compartir la estupenda navaja, pero sobre todo por tu tiempo y dedicación.
Un fuerte abrazo.
Félix

JEFUERZAXXIX escribió:
Amigazo Félix!!, soy yo quien debo agradecer tu presencia y esos comentarios que me abruman!!. Espero no haberme ido mucho por las ramas!! Te aseguro que me alegra mucho que el post haya sido de tu agrado.
Un gran abrazo!!

También te envían un saludo estas dos veteranas alemanas, que aquí están tramando algo juntas....

jaaaa.... Sabía que el bueno de Juan continuaría el relato; muy bueno, por cierto.
Gracias por tan buen trabajo.
Saludos.

rojocaecae escribió:
Gracias César, me alegra que te haya gustado, aunque a veces resulta un poco largo. Me alegra también ver que has retornado a la acción en el foro.
Un gran abrazo!!

Una curiosa navaja, me gusta mucho. La historia muy interesante como ya es habitual, en cuanto a la música hacia tiempo que no escuchaba el Requiem, y esa escopeta una preciosidad, como ves me gusta todo.
Un abrazo Juan.

Carre escribió:
Muchas gracias por hacerte un tiempo para pasar y dejar tus comentarios, siempre bienvenidos Luis!! Me alegra que todo haya resultado de tu agrado!!
Un gran abrazo!!

Por cierto, una delicia el requiem, y muy curiosos los metales, los han tenido que sacar de algún museo, no se parecen a los instrumentos actuales.

Dai-Katana escribió:
Muchas gracias Manuel, sabía que esa soberbia versión del Requiem no pasaría desapercibida. Algunos directores de orquesta europeos incluyen instrumentos de época, que le dan una sonoridad mas acorde con el tiempo en que fue creada la pieza. En el caso particular de este Requiem, fué grabado en la Basílica de Santa María Magdalena, en Vezelay, Francia, en 2011. Un templo construido en el año 1037 y reconstruido en 1138 luego de un incendio, construido en piedra que le da un color muy especial al sonido.




Manuel, agrego un bonus track, también de Mozart en la misma basílica: La Gran Misa en Do Menor



Espero que te guste,
Un gran abrazo!!!