Desde tiempos antiguos existe la tradición en Alemania de llevar un cuchillo, un cuchillo es herramienta, arma, símbolo de estatús y talismán.
Desde la edad media hasta la edad moderna, el cuchillo era un objeto personal de cada persona, así no podía ser tomado en prenda.
El cuchillo era un accesorio personal y siempre estaba a mano, en la mesa para comer, si no con los dedos o un pincho, se utilizaba el cuchillo para pinchar la comida ya que el tenedor aún no estaba inventado y/o rechazado por la iglesia por su forma diabólica y porque la comida, dada por dios debería ser llevada a la boca con la mano.
Más adelante, el tenedor se convirtió al compañero del cuchillo y hasta los principios del siglo 20, las ventas y restaurantes normalmente no disponían de tenedores, por lo cual, cada uno llevaba el suyo.
Los nobles que tenían el derecho de portar armas como dagas o espadas, llevaban su cuchillo y tenedor en una funda cosida a la vaina de su arma, muchas guardas de los mostraban una concha que protegía al cuchillo y tenedor de su perdida.
El pueblo normal llevaba sus cuchillos y tenedor en una simple funda por el cinturón. Como no podía ser tomado en prenda, la gente invertía en decoraciones de materiales nobles, plata, oro, madre perla, nácar, asta de ciervo, coral y marfil decoraban los mangos. Era costumbre de regalar estos cuchillos al bautizo o boda y en algunas regiones hasta hoy día forma parte del traje tradicional.
Los comerciantes que paraban a menudo por las ventas en su camino llevaban siempre este tipo de cuchillos.
Más adelante fueron sustituidos por los "Nicker" que conocemos hoy día de la región sur de Alemania.
Hoy día, el cuchillero Peter Pfaffinger de Alemania creo que es el único que sigue fabricando este tipo de cuchillos.